La desaparición del Presidente Adolfo Suárez ha generado una catarata de artículos laudatorios, incluso entre quienes lo combatieron ferozmente. Su ausencia ha sido aprovechada también en beneficio propio. Lo hizo el presidente catalán Artur Mas en el velatorio en las Cortes hasta el punto de que Miquel Roca Junyent, y en cierto modo Jordi Pujol también, le corrigieron sus palabras oportunistas e inoportunas. Se ha aprovechado su imposibilidad de respuesta también en un libro sonado para disparar contra el Rey. Su hijo Adolfo desmiente la fabulación y, además, el general Sabino Fernández Campo lo hizo por adelantado en una entrevista que incluyo en el libro «Adolfo Suárez, el presidente inesperado de la Transición»: «Vino a Zarzuela a ver al Rey y me pidió un encuentro media hora antes para advertirme que él venía a dimitir por su cuenta y me ponía por testigo de que a él no lo echaba nadie. Tenía su amor propio».
Son rasgos de la historia de un gran político que, a su vez, fue un gran comunicador. Suárez entendió la televisión como Kennedy lo hizo en aquellos míticos debates contra Richard Nixon en 1960. Él usó la televisión con discursos determinantes, aunque no para debates, y apenas concedió entrevistas durante su mandato. Todas nuestras conversaciones con él, en radio y televisión, son posteriores, cuando impulsaba el CDS. Productor fértil de titulares y seductor siempre, Suárez fue el más kennedyano de los presidentes españoles de la democracia. Solo Felipe González, al que no le gustan las comparaciones, estuvo a su altura en capacidad de convicción y en algunos géneros, como el debate parlamentario, lo superó con creces. Hasta podría aventurarse que Suárez fue el primer presidente kennedyano y González, kennedyano también, el heredero de cierto estilo suarista porque nadie del entorno de Adolfo brilló como él, ni de lejos.
Podría decirse que Suárez es a la Transición lo que Felipe es en relación a la Modernización de España. Dos grandes políticos aliados con la Comunicación. Un par de kennedianos inesperados en un país en el que el nivel de comunicación en la política, pero también en la empresa y la Universidad, es bastante mediocre. Con excepciones brillantes, como éstas.
Por Manuel Campo Vidal
@mcampovidal
————————————————————————————————————————————————————-
Campo Vidal es Doctor en Sociología (Economía Aplicada) por la Universidad Complutense de Madrid. Licenciado en Periodismo en la Universidad Autónoma de Barcelona e Ingeniero Técnico en Electrónica Industrial en la Politécnica de Cataluña.
Negoció y moderó en 1993 el primer debate electoral televisado entre José María Aznar y Felipe González celebrado en Antena 3. En 2008 negoció los dos debates electorales entre José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy como Presidente de la Academia de Televisión. Moderador del primero de ellos. En 2011 organizó y moderó el único debate electoral televisado entre Alfredo Pérez Rubalcaba y Mariano Rajoy. Emitido por la Academia de TV como señal institucional.
Presentó informativos diarios en TVE 1 de 1983 a 1986 y más tarde el programa Punto y Aparte. Dirigió el programa informativo de radio Hora 25 ( Cadena Ser ) 1987-1991. Fue director Antena 3 TV en 1992. En 1995 fue nombrado Vicepresidente, puesto en el que permaneció hasta Julio de 1997. En 1994 creó y fue presidente del Canal Internacional de Antena 3 TV.
Creador y director de los programas Generación XXI y Soñadores, dedicados a promover los emprendedores en distintas televisiones españolas. En la actualidad es Presidente de la Academia de las Artes y las Ciencias de la Televisión en España. También dirige y es profesor del Instituto de Comunicación Empresarial. Presidente y profesor de comunicación en Next International Business School. Desde Octubre 2009 es Director de la Cátedra Comunicación Profesional y Empresarial de la Universidad Europea de Madrid.
