Anglicismos, publicidad, comunicación y esperpento

Para muchos, el uso de anglicismos en la publicidad pasa absolutamente inadvertido; primero porque no les supone ningún problema su comprensión y, en segundo lugar, porque forman parte de una generación que afortunadamente empieza a manejar indistintamente el inglés y el castellano.

Pero, ¿qué pasa con aquellos que por razones generacionales o culturales no son capaces de entender los mensajes en inglés que normalmente cierran algunos anuncios publicitarios?.

Según expertos, el hecho de que el mensaje esté en inglés no desincentiva el interés por el producto, en aquellos que no conocen el idioma, gracias a la asociación entre lo cosmopolita, la garantía de tecnología, la seriedad y el inglés. Además el hecho de presentar el producto o servicio en otro idioma parece que lo hace más deseable, inalcanzable, lo que genera un mayor deseo por el reto que supone su logro.

Este uso no es solo cosa de las grandes multinacionales, que podríamos pensar realizan campañas a nivel global y por eso sus mensajes son en inglés; las pequeñas empresas patrias también lo hacen, y sus razones son muy similares: el inglés es lo moderno.

Pero al margen de la modernidad y de estrategias más o menos acertadas de marketing, ¿qué pasará si continuamos con el empleo de anglicismos en un idioma tan rico como el español? ¿qué pasa si nuestro mensaje se pierde y gastamos el dinero para nada?

Personalmente creo que cuando podamos emplear un término en español deberíamos hacerlo. El uso del «espanglish», sobre todo entre empleados españoles de multinacionales extranjeras, es cada vez más frecuente y en ocasiones roza el ridículo.

Evidentemente es de suponer que quien trabaja en una de esas multinacionales domina el idioma de Shakespeare, pero también debería dominar el castellano, y sino deberían volver a educación primaria. La excusa de «es que somos globales y hablamos en inglés», no es razón para hacer un uso inadecuado del castellano.

Presentaciones repletas de expresiones «espanglish», conversaciones absurdas en las que se dicen tres palabras en inglés para mostrar los grandes conocimientos del idioma, no son sino una muestra de la incapacidad como comunicadores de los que así se expresan.

Animo a dominar cualquier idioma, especialmente en este caso el idioma de los negocios, y sobre todo si tenemos en cuenta que ya la mayoría de los niños tienen acceso a colegios bilingües, pero sin caer en el esperpento. Ni en publicidad ni en el día a día.

Por Juana Pulido, consultora sénior de Estudio de Comunicación . España

@juanapulido

,
SWITCH THE LANGUAGE
Text Widget
Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipiscing elit. Vivamus quis neque vel quam fringilla feugiat. Suspendisse potenti. Proin eget ex nibh. Nullam convallis tristique pellentesque.