Lo que no se conoce no existe. O, al menos, pasa desapercibido. Esta máxima que forma parte indisoluble del abecé de la comunicación es, de nuevo, aplicable al caso que nos ocupa: transmitir a los respectivos públicos objetivo la ‘nueva’ realidad de la economía española.
Conócete a ti mismo. Este célebre aforismo griego inscrito en el templo de Apolo en Delfos y atribuido a múltiples filósofos de la antigüedad es la base para ahondar en el preocupante abandono de la reflexión que, al parecer, se está produciendo en las sociedades modernas.
Aunque no está cómodo con el término ‘noticias falsas’, Mark Zuckerberg, el todopoderoso fundador de Facebook, por fin se ha decidido a adoptar medidas al respecto. “Nos tomamos la desinformación en serio”, anunció recientemente a través de su propio ‘muro’ para aclarar a renglón seguido que pretenden evitar la propagación de bulos en Internet.
O lo que es lo mismo: la gente en España cada vez se informa más vía redes sociales y ‘smartphones’ y, además, quiere hacerlo gratis.
La gente no lee. Los jóvenes menos aún. Y ya si se trata de Internet, olvídate. Esta idea comúnmente aceptada a la hora de afrontar estrategias de comunicación en las Redes Sociales parece que se tambalea a la luz de un estudio publicado por el estadounidense Pew Research Center.
Renovarse o morir. Adaptarse a los constantes cambios. ¿Quién se ha llevado mi queso? Son los tiempos que corren o, ya en su versión más cruda, es lo que toca, son algunas de las frases tópicas que todos hemos oído en alguna ocasión en relación a la necesidad de seguir en la brecha, el candelero o, si lo prefieren, al pie del cañón en lo que a vida laboral se refiere.
La polémica suscitada recientemente en torno a la final de la Copa del Rey no ha girado, como se esperaba, alrededor del tema de las banderas ‘esteladas’ catalanas. O, al menos, no es lo que ha acaparado la atención en las redes sociales.
Las imágenes recogidas en todos los Medios de Comunicación y redes sociales de aficionados del PSV humillando a mendigos rumanos de etnia gitana en la Plaza Mayor de Madrid han dado la vuelta al mundo.
El sexo también influye en Internet. Al menos, a esa conclusión han llegado varios estudios que han analizado la influencia del género a la hora de redactar mensajes de texto a través de las diferentes plataformas y redes sociales.
De un tiempo a esta parte las grandes escuelas de negocios internacionales, incluidas las españolas como el Instituto de Empresa -IE- o el IESE, así como las universidades y los grandes centros educativos, han descubierto el filón de la formación online.
