Cinco razones para poner en marcha una red social interna

Muchos responsables de Comunicación Interna se hace hoy la misma pregunta: «¿Deberíamos implantar una red social para empleados en mi empresa?”

Las herramientas son útiles según las necesidades que resuelven. Por ello, pese al riesgo de que nuestro interlocutor crea que somos nativos de Galicia -lo que no es malo, pero tampoco cierto-, solemos responder a su pregunta con otra: “¿Qué objetivos o necesidades tiene tu organización en los ámbitos de la comunicación interna, la colaboración y la generación de conocimiento compartido?”

Según nuestra experiencia, una red social interna sirve para:

  1. Compartir conocimiento. En toda organización, hay personas que acumulan conocimientos y experiencias de trabajo con semejanzas y complementariedades, pero que hoy no son compartidos porque esas personas están dispersas, porque no se conocen entre sí, porque ignoran el valor de su conocimiento para otros, porque no disponen de canales eficaces para intercambiar cuando lo necesitan, porque creen que la empresa no quiere que lo compartan…
  2. Trabajar de una forma más integrada, tanto en horizontal como en vertical. Estas herramientas son, por esencia, transversales y horizontales, por lo que suponen una excelente palanca para hacer más ‘porosos’ tanto los silos departamentales como los niveles jerárquicos.
  3. Facilitar herramientas de interacción y de trabajo compartido, mejorando en eficacia y eficiencia el trabajo de muchos grupos (inflación de mails, versiones de ficheros que se duplican con correcciones y entre las que es difícil encontrar la válida…). Las redes no solo hacen el trabajo cooperativo más fácil a los grupos existentes, sino que estimulan la aparición de nuevos grupos y comunidades, logrando que tareas que antes avanzaban lentamente de forma compartimentada puedan fluir ágilmente de manera transversal.
  4. Estimular el diálogo interno en la organización, complementando el tradicional modelo unidireccional descendente de nuestra comunicación interna: las personas valoran, comentan, publican, conversan… Con ello, logramos una comunicación interna más abierta, viva, interesante, compartida.
  5. Favorecer la visibilidad interna y el mutuo conocimiento entre los empleados, estimulando su diálogo informal y la creación de lazos cohesionadores.

Por tanto, si una empresa tiene retos relevantes en alguno o en varios de estos ámbitos, implantar una red social interna puede ser una solución muy interesante y, profesionalmente, muy retadora.

 

Pablo Gonzalo, director de Área de Comunicación Interna de Estudio de Comunicación.

@pablo_gonzalo 

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