#Comunicación online: Un poquito de reflexión

A veces conviene contar hasta cien o hasta mil. En definitiva, dejar pasar el tiempo, reflexionar, analizar, ver los pros y contras, escuchar otras opiniones para formar la propia antes de exponerla públicamente. Un periódico español de gran tirada ha señalado en más de una ocasión que tiene por costumbre esperar un día antes de publicar una opinión editorial y así reposar, razonar y abordar ésta con mayor criterio.

Se trata de una buena práctica que no siempre realizamos. Traigo esto a colación de lo ocurrido con el reportaje, documental, o como queramos definirlo, elaborado por el periodista español Jordi Évole con motivo del aniversario del 23F (fallido golpe de Estado). No voy a tratar de analizar éste, sino más bien la cantidad de opiniones que durante su emisión provocó. Y de ellos, aquellos que dando por cierto lo que allí se exponía, mucho antes de que el propio programa se desmintiera asimismo, comenzaron a circular por la red poniendo en duda hasta el propio sistema democrático en el que vivimos.

La misma rapidez con la que se difundieron se empleó para el borrado de algunos de esos comentarios al conocerse el “engaño” del reportaje. Esto no pasaría de una mera anécdota entre nuestros amigos si el protagonista del mismo (del borrado) fuese una persona “anónima”. La cosa cambia cuando quien realiza esto (el tuit y el borrado) es una organización o un personaje conocido. Y en este caso, así ha ocurrido, dejándolos en una situación incómoda.

Nadie duda de que el desarrollo de las redes sociales facilita el intercambio de opiniones a tiempo real. Que incluso permite conocer el sentir de las audiencias en el mismo momento en el que se difunde un programa, una información o se produce un acontecimiento. Incluso la difusión de comentarios puede convertirse, en sí mismo, en protagonistas de la información. Resulta por ello sorprendente el poco cuidado que muchas veces tenemos a la hora de difundir nuestras opiniones a través de las redes. Quienes acostumbran a ponerse frente a los medios, con frecuencia, preparan sus intervenciones con antelación para no incurrir en errores de comunicación. En la difusión de opiniones en las redes sociales debería seguirse la misma práctica. Conviene dejar pasar el tiempo, analizar, reflexionar y pensar bien lo que queremos decir (e incluso ver si conviene decirlo) antes de que un trino nos coloque en una situación en la que no queríamos estar. Me refiero claro está a las empresas o a los directivos, la gente de la calle puede ser mucho más irreflexiva…  solo se juega su imagen.

Por Gerardo Miguel, consultor sénior de Estudio de Comunicación España.

@GerardoMiguelb

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