#ComunicaciónCultural: Una doble “C”.

Y me refiero, claro, a la “C” de Comunicación, pero asociada, en este caso, a la de Conmemoración. Porque las conmemoraciones son la “percha” con la que organizaciones, instituciones y países ponen en marcha algo parecido a una acción de Comunicación Interna o Motivacional: crear orgullo de pertenencia en torno a un país, una cultura, una filosofía, una historia común… Provocar que un conjunto de ciudadanos se sientan identificados con todo aquello que pueda unirles.

Permítaseme recordar a los que estén más ajenos al día a día del trabajo en consultoría de Comunicación, y sólo por si acaso, que lo de “percha” significa en el argot de los comunicadores “actividad pensada, muchas veces creada exprofeso, para permitir la difusión de un conjunto de mensajes de difícil contextualización”. Son los casos de la creación de premios que determinada organización otorga o de la puesta en marcha de una actividad deportiva, como las carreras solidarias, por ejemplo. Esas acciones no comunican lo generosa o sensible que es la organización o la afición o forma física de quien impulsa la carrera, sino una imagen, cada cual la que considere conveniente, que se proyecta durante las distintas acciones reiteradamente para que pueda ser fijada por los receptores. No hablo de imágenes subliminales inconfesables, por supuesto, sino de mensajes claros y contundentes que se pueden “colgar de la percha” para lograr objetivos honestos: carrera por la igualdad, premios a la protección de la infancia

Y esa es la idea básica de que celebremos conmemoraciones, sobre todo de hechos históricos y culturales. Tenemos en España una sociedad estatal dedicada a ello llamada hoy Acción Cultural Española, pero que hasta hace poco se la conocía como Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales. En ocasiones, también hay algún componente de atractivo turístico en las actividades, que igualmente es importante.

Por ejemplo, el sábado 19 de noviembre se conmemora el 150 aniversario de la puesta en marcha del Reloj de la Puerta del Sol; sí… ¡el de las campanadas de Año Viejo! Y, sin salir de Madrid, en 2017 hará 400 años que el arquitecto Juan Gómez de Mora recibió el encargo de construir la Plaza Mayor. Seguro que se dará relieve a ambos aniversarios, que de otra forma pasarían inadvertidos, con charlas, recreaciones históricas, conciertos, exposiciones, acciones novedosas sobre el propio patrimonio histórico… Las posibilidades son infinitas para poder reunir en torno a los “protagonistas” al mayor número de ciudadanos que, en directo, participen de las actividades y se imbuyan de ese orgullo de tener algo en común con los demás, de compartir historia, ubicación, recuerdos, sensaciones… Y no sólo es para quienes están in situ: también para otras muchas personas que recibe el mensaje a través de los Medios que se hacen eco de las actividades… ¿Alguien está pensado en este momento que, ya metidos en gastos, cuando más llamativas y creativas sean las actividades mayor alcance tendrá el mensaje? Pues eso.

Por Jesús Ortiz, consultor sénior de Estudio de Comunicación.

@JesOrtizAl

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