Comunicar en tiempos de ERTES

Millones de trabajadores se han visto afectados, desde el inicio del estado de alarma, por expedientes de regulación temporales de empleo (ERTE). Por consiguiente, la incertidumbre se cierne sobre el futuro de muchos ciudadanos con negros nubarrones que tiñen el panorama laboral de una gran inseguridad.

En este complejo contexto -donde la recuperación puede convertirse tanto en un tortuoso proceso en forma de ‘u’, que consuma varios años para volver al punto de partida, o de ‘v’, con un rápido rebote al alza- se antoja fundamental utilizar la comunicación con los empleados para poner el foco en la ‘t’ del ERTE, que expresa la temporalidad de este procedimiento.

No en vano, un ERTE es una medida excepcional que busca adecuar la capacidad laboral de una empresa a la nueva realidad, cuando atraviesa por dificultades de diversa índole que pongan en riesgo la continuidad de la compañía.

Los expertos en relaciones laborales aconsejan adoptar una postura especialmente prudente en estos momentos a la hora de comunicar a los empleados el inicio de un ERTE, dadas las especiales circunstancias derivadas del confinamiento actual. Y todo ello sin olvidar que este debe ser realizado por medios no presenciales, telemáticos o de otra naturaleza, lo que conlleva una frialdad añadida al, ya de por sí delicado, asunto en cuestión.

En este caso, la clave estaría en ceñirse siempre a la verdad, seleccionando con cautela las palabras a utilizar, y en explicar con detalle los motivos que han obligado a la empresa a tomar esta decisión. Además, es importante enfatizar la transitoriedad de la medida, en función siempre de la toma de decisiones del Gobierno que, a su vez, dependen de la evolución de la pandemia.

Asimismo, el mensaje debe ser completado con la adecuada sensibilidad y empatía hacia la situación de los trabajadores, al tiempo que se añade la visión a largo plazo, en la que se recuerde que saldremos de esta situación y que la empresa volverá a retomar sus planes de futuro en cuanto le sea posible.

Por último, es necesario que las empresas eviten caer en la tentación de realizar la comunicación de un ERTE de forma casera y artesanal, alegando una supuesta comprensión dada la situación provocada por el coronavirus, y, por el contrario, contar con profesionales experimentados a fin de no provocar más angustia y desasosiego entre la plantilla.

 

Por Fernando Geijo, Director Estudio de Comunicación España

@fergeijo

 

 

 

 

 

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