El gran poder de los micro-influencers

Artículo de Laura Alonso en La Publicidad.- Las empresas miran desde hace varios años al fenómeno influencer, que revolucionó el mundo de internet y ayudó a catapultar el uso de redes sociales. Cada día, más compañías entienden la importancia de entrar en esta tendencia de mercado que ha cambiado los modelos de publicidad tal y como los conocíamos.

En los últimos años se han redefinido estrategias de marca y se han invertido grandes cantidades en contratación y promoción de productos a través de influencers. Sin embargo, de manera paralela al auge y la popularidad de estos protagonistas de las redes sociales han crecido exponencialmente sus detractores, y las empresas no pueden permanecer ajenas a esta situación.

Cada vez son más los usuarios que critican a algunos instagramers por promocionar marcas o productos que, tal y como acaban comprobando sus seguidores a base de malas experiencias, resultan engañosos o fraudulentos. Las críticas y denuncias por la venta de productos de marca que son una copia de retailers más baratos, los artículos que nunca llegan al comprador y de los que nadie se hace cargo o los sorteos falsos están minando la popularidad de las personas que están detrás de las grandes cuentas de Instagram.

En este escenario, y a fin de distanciarse de posibles escándalos que puedan salpicarles, las marcas deben atender a otros modelos de expertos en social media: los micro-influencers.

Los micro-influencers son aquellas personas con entre 1.000 y 100.000 seguidores, a diferencia de los mega-influencers (con más de un millón) o los macro-influencers (por encima de los 100.000).

Según un estudio de Influencer Marketing Hub, los micro-influencers cuentan con una tasa de ‘engagement’ (compromiso) en Instagram casi cuatro veces mayor que los mega-influencers. En el caso de Tiktok, el engagement de los usuarios con menos de 100.000 usuarios es 3,6 veces superior que el de aquellos con más de un millón de seguidores.

La explicación de esto es bastante sencilla. Los micro-influencers tienen marcas personales fuertes y auténticas y se comprometen a proporcionar a sus comunidades online contenidos creativos y de calidad. Estas cuentas publican sus contenidos para un público más de nicho, se posicionan en cuestiones ideológicas y sociales y sus seguidores se identifican con ellos al percibirlos como más cercanos.

Pongamos un ejemplo: si un micro-influencer ha comentado de manera abierta en sus redes que está sustituyendo su consumo de carne, exponiéndose con ello a perder el favor de algunas marcas, cuando anuncie una alternativa vegetal a las hamburguesas resultará más creíble que un influencer de más de un millón de followers que nunca se ha posicionado.

Y es que los influencers detrás de las grandes cuentas no son, en general, partidarios de implicarse en cuestiones que puedan costarles un potencial patrocinio, por lo que su contenido acaba por ser más superficial y acaban por generar una sensación en la comunidad internauta de que todo les vale.

Además, los macro-influencers tienden a generar una gran cantidad de contenido que resulta inabarcable incluso para muchos de sus seguidores. Al mismo tiempo, esto supone que tu marca va a compartir espacio con muchas otras empresas y productos lo que en el espacio infinito de internet hace que se diluya nuestro mensaje.

Por no hablar de los costes; contratar un influencer famoso para una sola publicación puede costar miles de euros, mientras que un micro-influencer es mucho más asequible. Aquí las tablas de costes dependen del número de seguidores y del ‘engagement’ que suelan generar pero, en promedio, las publicaciones y los stories son mucho más baratos si se realizan desde cuentas con menos de 100.000 seguidores, pese a tener una credibilidad y eficacia mayor.

Ya sabíamos que la manera de hacer marketing de influencers, por su propia naturaleza está en constante cambio, pero lo que no sabíamos es que el crecimiento de las cuentas podría acabar por ser perjudicial para los propios creadores de contenido.

Por eso, es recomendable hacer un seguimiento de nuestros influencer objetivo para asegurarnos de que mantienen esa “autenticidad” y ese “touch” para así hacer nuestra marca más cercana, creíble y centrada en potenciales compradores.

 

Por Laura Alonso, Consultora de Estudio de Comunicación

@lauraalonso_es

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