Entre la libertad y la responsabilidad

El avance de la portada de la revista Rolling Stone del mes de Agosto de 2013 desató una ola de críticas por la decisión de sus editores de dedicársela a uno de los presuntos autores de la colocación de una bomba en la ciudad de Boston durante la celebración de su reconocido Maratón.

A lo largo de su historia, Rolling Stone, publicación que está dedicada a la música y la cultura popular pero que también presta atención a los temas de actualidad política nacional (de EEUU) e Internacional, ha dedicado sus portadas a músicos y celebridades que forman parte de la historia de las últimas décadas del siglo XX y de estos principios del siglo XXI. Mítica es, por ejemplo, la portada elaborada por la premio Príncipe de Asturias de las Artes de 2013, Annie Leibovitz, con John Lennon y  Yoko Ono.

Sin embargo, lo que en otras ocasiones ha sido celebrado, en esta ocasión ha recibido numerosas críticas por la falta de sensibilidad para con las víctimas y con una ciudad que vivió unas jornadas trágicas. En la portada se reproduce un retrato del presunto terrorista en el que aparece, en palabras de algunos medios, “con un aire de Bob Dylan en sus tiempos jóvenes”.

La editora de la revista, Janet Reitman, ha explicado que lo importante es que el mencionado número lleva “un  extenso reportaje sobre la vida del terrorista, tras haber entrevistado a decenas de fuentes…” Explican desde la revista que muchas de las personas entrevistadas hablan por primera vez sobre el caso, lo que les ha permitido ofrecer un “fascinante y desgarrador relato de cómo un niño encantador con un futuro brillante se convirtió en un monstruo”.

La portada de la Revista Rolling Stone vuelve a traer a la actualidad el debate que se ha dado en muchos lugares, especialmente en España, que ha vivido durante muchos años bajo la amenaza del terrorismo, sobre la oportunidad de dar la palabra a los terroristas y conocer los motivos que llevan a tomar la decisión de cometer esos actos. Un asunto que no es fácil de resolver cuando se pueden herir muchas sensibilidades. Una de las claves quizá esté en abordar estos asuntos con responsabilidad tratando de evitar que el tratamiento no convierta en víctimas o héroes a los que han sido, han podido ser o son verdugos y, sobre todo, no caer en el sensacionalismo.

Gerardo Miguel, consultor senior, ESTUDIO DE COMUNICACIÓN España

@GerardoMiguelb

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