Entre la 'V' y la 'U' (PR Noticias)

fernando prLamentablemente, en la actual situación de impasse de la economía española, la crisis parece que está aquí para quedarse, al menos, un tiempo mayor que el esperado y deseado por todos.

En los últimos meses, los expertos en economía no acababan de alcanzar un consenso sobre la duración de la crisis y el momento del inicio de la recuperación en España. De hecho, hablaban de una depresión en forma de ‘V’, con una caída y una recuperación rápidas, o más bien con forma de ‘U’, donde la depresión económica se prevé más prolongada.

En lo que sí parecía que no había problema para lograr el consenso era en determinar un cuadro macroeconómico donde la dureza de la situación se preveía profunda. La otrora rutilante economía española pasaba, en apenas medio año, de dar lecciones a sus socios comerciales europeos a ocupar el furgón de cola.

Cada día nos desayunamos con una pléyade de datos y cifras que, ciertamente, no invitan a atisbar la luz al final de túnel ni los célebres brotes verdes. Cierres, reestructuraciones, recolocaciones, ceses temporales, liquidaciones, expedientes de regulación, bajas incentivadas, jubilaciones anticipadas y un largo etcétera de términos relativos al despido de trabajadores jalonan los Medios de Comunicación. No hay sector económico ni región o comunidad autónoma en España que no se hayan visto afectados por este tsunami de depresión económica.

Pero que nos hayamos acostumbrado a leer, ver y/o escuchar en los Medios noticias relativas a la crisis no significa que haya que resignarse y descuidar la imagen de una empresa amparándose en el célebre ‘mal de muchos…’. En la gestión de una crisis, la elaboración de un plan de comunicación que incluya un apartado dedicado a la simulación de escenarios se antoja un ejercicio teórico fundamental.

En la transmisión de mensajes corporativos y empresariales en situaciones de crisis (concursos de acreedores, expedientes de regulación de empleo, etc.) nos enfrentamos a un proceso con los mismos eslabones que en la transmisión de otros mensajes. Una crisis no es un mundo aparte tan diferente a los demás que nada tenga que ver con ellos. Esta idea me parece esencial: parte del éxito de comunicar una situación delicada para una empresa tiene mucho que ver con la capacidad para adoptar técnicas, tan probadas como eficaces, que se aplican a la comunicación de otros mensajes, como las que se utilizan, por ejemplo, en la comunicación comercial.

Es necesario, por tanto, tener preparados una panoplia de escenarios posibles que puedan darse en una situación de crisis empresarial. Una adecuada simulación de escenarios y un plan de acción que contemple una hoja de ruta con respuestas específicas a aplicar en cada caso concreto a modo de traje a medida.

Pero la realidad, que siempre es tozuda, demuestra una y otra vez que casi siempre acaba por superar a la ficción y a menudo se presentan nuevas situaciones inesperadas que añaden matices diferentes en las crisis empresariales.

Por tanto, después de simular los escenarios y elaborar el plan, debemos estar preparados para adaptar las estrategias y las acciones previstas sobre el papel a la realidad que vaya aconteciendo. Para todo ello, la empresa debe contar con el apoyo -puntual o permanente, interno o externo- de profesionales experimentados en el manejo de crisis empresariales, porque esto supondrá la diferencia entre el éxito y el fracaso en la adecuada gestión de una comunicación de crisis. Sólo con agilidad para reestructurar y reorientar sobre la marcha el plan de comunicación y adaptarse así a las nuevas circunstancias se podrán tener buenos resultados.

En una situación como la actual donde, al parecer, los bajos índices de crecimiento se van a prolongar en el tiempo y cualquier desliz en la comunicación corporativa puede pagarse caro y ser aprovechado por la competencia hay que extremar las cautelas. Más vale prevenir…

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