Hipersexualización infantil y publicidad

El constante ataque mediático vía la publicidad contribuye en gran medida a sexualizar a los pequeños. Desde principios de esta década surgieron expresiones, posturas y códigos de vestimenta para infantes, que por ser prematuros definieron el concepto hipersexualización.
Los niños aprenden a formarse como personas mediante la imitación. Por lo tanto, es esencial que tengan a su disposición modelos a imitar que no promuevan o faciliten la sexualización en edades tempranas.
En el año 2001 la asociación inglesa Mother’s Union publicó un informe en el que por primera vez se definió la sexualización infantil como “la sexualización de las expresiones, posturas o códigos de vestimenta en niños y niñas menores de edad”. También denunció la utilización y sexualización de menores en publicidad, considerándola “sumamente peligrosa para el desarrollo de los niños”.

Los niños tienen libre acceso a dispositivos electrónicos sin la supervisión de los padres. No tienen la madurez necesaria para procesar la información que reciben.
A nivel general, la sexualización o hipersexualización se basa en otorgar un valor social a la persona, el cual va en relación con nivel de deseo sexual que esta despierte. Ello significa que a una persona considerada como sexualmente deseable o atractiva se le atribuye directamente un mayor valor o prestigio social que una que no.

Por desgracia, este fenómeno se observa cada vez más y más en niñas y niños de edades tempranas. La Asociación Americana de Psicología (APA) denunció esta propensión a hipersexualizar a los menores en un documento publicado en el año 2007. En él se advertía de los riesgos de esta sexualización infantil, la cual traslada el nocivo mensaje: a mayor nivel de erotismo, mayores beneficios y éxito social.

 

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