Falta poco más de un mes para que los españoles nos volvamos a preguntar sobre quienes queremos que rijan nuestro gobierno durante los próximos cuatro años. Ideologías aparte, este es uno de los momentos más nítidos en los que se comprueba la enorme fuerza que la Comunicación ejerce en nuestras vidas.
Desde que en el pasado mes de agosto, el presidente Rodríguez Zapatero dio a conocer la fecha de las próximas elecciones generales, la enorme maquinaria de Comunicación de los partidos políticos se puso en marcha con un solo fin: que sus candidatos sean los elegidos frente al resto.
Cientos de personas comenzaron a planificar las próximas semanas con enorme minuciosidad. En juego, el poder, o al menos la influencia política de sus partidos y como objetivo, convencer a cada uno de nosotros de que su apuesta es la mejor.
Planes de Comunicación, documentos DAFO, análisis de encuestas, planificación de actividades, claims, discursos, mítines, entrevistas, ruedas de prensa … Comienza el trabajo y a periodistas, “marketinianos” e ideólogos, se le suman analistas, expertos en imagen o estilistas. Todos los profesionales que, de una u otra manera conforman el Universo de la Comunicación y que pasan inadvertidos para la mayor parte de la sociedad, aportarán su granito de arena a esta campaña.
Ahora, viviremos una avalancha de mensajes, de opiniones, de frases ingeniosas, de calificativos y descalificativos. Los profesionales de la Comunicación sabemos que nada es improvisado. Todo lleva tras sí horas y horas de estudio, planificación y trabajo, mucho trabajo. Es la apoteosis de la Comunicación política. Estemos atentos.
