La Responsabilidad Social Corporativa o RSC ha ido ganando cada vez más peso en las compañías hasta conseguir un sitio por derecho propio entre los intangibles que más valor proporcionan a su reputación.
Afortunadamente, los tiempos en los que las buenas acciones corporativas no tenían cabida en la sección de noticias de un diario han quedado atrás y dichas informaciones, por el mero hecho de ser positivas, no son redirigidas directamente (al menos no en su mayoría) al departamento de publicidad.
En esta paulatina transformación de la percepción que se tiene de la RSC, la comunicación ha jugado un papel fundamental, puesto que no sólo se trata de que la compañía devuelva a la sociedad parte de lo que la sociedad le da -que es en lo que consiste básicamente ser responsable socialmente-, sino que además hay que saber comunicarlo adecuadamente para darle el justo valor que esta acción tiene.
La línea que separa comunicar la RSC de hacer publicidad de las bondades de una entidad es muy delgada. Para no caer en el propagandismo marketiniano es fundamental el rigor y la objetividad a la hora de explicar nuestra estrategia corporativa de RSC.
Debemos contar con aliados, dentro y fuera de la compañía. Dentro, LOS empleados serán los mejores embajadores de la RSC que realice la entidad y mantenerlos informados de las acciones que en este ámbito se pongan en marcha no sólo contribuirá a la difusión de las mismas, sino que además redundará en el incremento del orgullo de pertenencia y en la identificación con los valores corporativos de la empresa.
Si queremos hacer las cosas bien, debemos abordar primero la comunicación interna y luego la externa, ya que a nadie le gusta enterarse de las cosas que pasan en su empresa por la prensa.
La búsqueda de aliados fuera de nuestra organización para comunicar de una manera efectiva nuestra política de RSC pasa por la segmentación y diferenciación de los stakeholders y los públicos de interés.
No recibirá con el mismo entusiasmo la noticia de que vamos a destinar recursos a repoblar determinadas hectáreas quemadas un proveedor nuestro que una autoridad local donde operamos.
No obstante, si elegimos bien a quién y cómo debemos comunicar nuestras acciones de RSC, no sólo estaremos poniendo en valor nuestra estrategia, sino contribuyendo a incrementar exponencialmente nuestra reputación de un modo positivo, ya que el boca a boca de los stakeholders haciéndose eco de nuestras acciones será lo que más valor aporte a la compañía.
Acertar con la estrategia a la hora de contar nuestras acciones de RSC reporta ventajas corporativas como compañía, por lo que no debemos descuidar la importancia de comunicar las buenas acciones corporativas.
Es hora de que las empresas que aún no lo han hecho pierdan el pudor a hablar sobre lo que están haciendo bien por la sociedad ya que, siempre desde el rigor y lejos del autobombo, comunicar la RSC sólo puede aumentar la reputación corporativa.
Ana Pereira, Directora en Estudio de Comunicación España.
@anabepereira
