Las empresas piden creatividad pero, ¿la facilitan?

Todas las organizaciones buscan empleados creativos. En un mundo cada vez más competitivo, la creatividad y la innovación son las únicas vías para destacar sobre los demás. A veces caemos en el error de pensar que los perfiles creativos son solo aquellos que se ocupan del marketing o de la publicidad. Sin embargo, la creatividad se puede y se debe aplicar a todos los ámbitos; es la base para mejorar cualquier proceso dentro de una empresa.

Parece evidente lo que acabo de afirmar y es un hecho que en las entrevistas de trabajo se suele preguntar al candidato sobre su grado de creatividad, entre otras cosas. Lo que me llama la atención es que, pese a que las empresas se han dado cuenta de que necesitan empleados creativos, la mayoría no pone los medios para que afloren esas ideas nuevas y diferentes que son fundamentales para que la compañía progrese.

¿Qué es la creatividad? La creatividad es imaginación.

Todos, en mayor o menor medida, somos personas imaginativas y lo puedo demostrar. Imaginad que, ahora mismo, en el portal del edificio donde os encontráis, os está esperando un maravilloso caballo blanco con alas. Es grande y majestuoso. Sus alas son suaves y ligeras. Está tranquilamente esperando a que salgáis a admirarlo. ¿A que habéis visto ese caballo en vuestra mente? Es inevitable. La capacidad del ser humano de visualizar imágenes con su imaginación es casi perfecta.

Pero para poner en marcha la imaginación, la base de la creatividad, es necesario disponer el entorno que lo permita. Si los trabajadores están permanentemente atendiendo a labores que deben terminar de forma inmediata, frente a la misma mesa y el mismo ordenador día tras día, relacionándose con los mismos compañeros continuamente, no tienen ni el tiempo ni la disposición para imaginar cosas nuevas. La rutina mata la imaginación, es así de simple. La misma mesa, el mismo ordenador, el mismo entorno, los mismos horarios… todo ello es la antítesis de la creatividad.

Algunas empresas se dan cuenta de ello y comienzan a implantar nuevos entornos de trabajo, más flexibles y amigables. Todos conocemos ejemplos como Google o Pixar, por citar algunos. Podemos pensar que son modas, pero no lo son, porque estos nuevos diseños responden a la necesidad de fomentar la creatividad.

¿Cuáles son esas necesidades?

Aunque parezca obvio, es necesario recordarlo. Para que aflore la imaginación debemos estar de buen humor, romper la rutina con frecuencia, contar con elementos nuevos que nos permitan hacer asociaciones diferentes, tener tiempo, estar tranquilos, divertirse, relacionarse a menudo con personas distintas, estar al tanto de lo que hacen los demás o tener conversaciones no relacionadas con el trabajo, entre otras cosas.

Es evidente que la creatividad requiere de cierto tiempo de relajación o esparcimiento para que madure. Yo, por ejemplo, cuando necesito tener ideas nuevas, suelo bajar a la calle, dar un paseo o llevarme el ordenador a un entorno diferente (como a la cocina de mi oficina, por ejemplo). Muchas veces las ideas ni siquiera se me ocurren en el trabajo. Me surgen cuando llego a casa, o el fin de semana, o mientras me ducho, o mientras conduzco… Es decir, en lugares donde estoy tranquila y que me inspiran ideas diferentes a aquellas con las que asocio mi rutina diaria.

Si las empresas quieren estimular la creatividad, tienen que propiciar espacios variados y lugares donde las personas puedan interactuar. Es bueno, además, promover el buen humor y la diversión. ¡Sí, la diversión también inspira la creatividad!

En cualquier caso, mi objetivo en este post es señalar la contradicción en la que ahora mismo incurren las empresas. No pueden exigir empleados creativos e innovadores si no ponen las condiciones para que esa creatividad florezca.

Estefanía Campos, directora de Estudio de Comunicación España.

@Ecampos1976

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