Lecciones de comunicación que me dio el barrio

Ayer me encontré con una situación peculiar, uno de esos momentos que sabes que se convertirán en anécdota según los vives. Tras casi tres meses de confinamiento de no cruzarme con nadie, ayer me encontré finalmente con una vecina en el rellano. Estuvimos hablando, siempre respetando la distancia interpersonal, sobre lo que todo el mundo habla desde hace mucho: cómo estamos sobrellevando el confinamiento.

Me estuvo hablando de sus miedos, que tardarían en marcharse incluso después de finalizar el estado de alarma, y de que apenas se atrevía a salir a pasear, incluso en los momentos y espacios designados para ello. Al conocer este detalle, me ofrecí a hacer la compra por ella, para que así pudiera desterrar algunas preocupaciones de contagio. Sin embargo, la respuesta que me dio me hizo reflexionar bastante sobre la importancia de la comunicación. Me contó que, tras tantos años viviendo en el barrio y estrechando lazos con sus gentes, todos los dependientes de las tiendas de su mercado de confianza ya la conocen y le tienen mucho aprecio. Por ello, desde el primer día le han llevado todo lo necesario hasta su casa voluntariamente y de buen grado.

Una lección de buena comunicación

Tras oír su historia, no pude evitar pensar en que, de algún modo, estaba directamente relacionada con lo que los profesionales de este sector entendemos como una buena comunicación, cuya base más fundamental es saber mantenerla y dedicarle tiempo y esfuerzo a construir a lo largo del tiempo. No se puede pretender establecer una comunicación fluida y creíble con nuestros públicos objetivo en un solo día, requiere paciencia y dedicación, y sobre todo mucha empatía. En comunicación interna esto es vital a la hora de establecer canales directos entre los diferentes departamentos, construyendo la confianza cada día, prestando atención a las preocupaciones de los trabajadores, quienes al final son los mejores embajadores de su marca. Cuando se trata de la comunicación externa, como ocurre con los medios o nuestros principales stakeholders, es un pilar indispensable para mantenernos relevantes y creíbles incluso en los escenarios más inimaginables, como ha sido el caso del Covid-19.

Hablando con mi vecina he recordado que la comunicación está en todas partes, y es un elemento tan necesario que puede llegar a ser vital en situaciones de crisis. Que en los momentos difíciles se acuerden de nosotros y, sobre todo, que se acuerden bien, puede marcar la diferencia para que nuestra empresa sobreviva o desaparezca.

Invertir en comunicación pero, sobre todo, en buena comunicación.

Por Mérida Miranda, consultora de Estudio de Comunicación.

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