Los medios de comunicación de muchos países se han hecho eco estos días de la noticia de la restauración de, probablemente, la fuente más famosa del mundo: la Fontana de Trevi, en Roma. Telediarios y periódicos se han llenado de imágenes de la fuente seca, llena de andamios y pasarelas que permiten a los visitantes -ahora privados de lanzar la moneda de la suerte- ver de cerca algunas de las magníficas esculturas de esta maravilla artística.
Muchos de los medios que han recogido la noticia también se han hecho eco de que la restauración ha sido pagada por la marca italiana FENDI. Estamos, por tanto, ante un ejemplo de patrocinio seguro que muy rentable para esta firma de moda, que consigue una notoriedad positiva vinculando su imagen a un “buen” acto social, como es la restauración del patrimonio cultural.
El patrocinio es un camino de pasado, de presente y de futuro para la difusión de marca. Pero para que las empresas se decidan claramente a apostar por esta senda es necesario que los gobiernos tomen conciencia de que también ellos tienen que apoyar, bien con ayudas o bien con incentivos fiscales. La crisis ha provocado que los estados no puedan atender, con la misma fuerza con la que lo hacían en momentos de bonanza, temas importantes socialmente como el deporte o la preservación del patrimonio. Pero, países como EE.UU. son un ejemplo de que, si las empresas cuentan con un marco favorable, asumen con gusto y con eficacia ese papel que no puede asumir la Cosa Pública.
La Fontana de Trevi, ahora de gran actualidad, es un ejemplo en el que todos salen ganando: Italia y Roma porque restauran sin coste un patrimonio único y Fendi porque consigue una notoriedad positiva que es rentable para cualquier empresa. El patrocinio es una fuente de notoriedad y de riqueza social, no dejemos que se seque.
@EstComunicacion
Foto: Josep Enric
