#Periodismo: A vueltas con la banalización

En el número 31 de la revista Cuadernos de Periodistas, editada por la Asociación de la Prensa de Madrid, APM (@aprensamadrid), hay un informe sobrecogedor que analiza la banalización de los contenidos periodísticos.

El análisis, firmado por  Bernardo Díaz Nosty, Samuel Negredo, Agustín García Matilla, Ángel Antonio Herrera y José Luis Rojas Torrijos en distintos artículos sobre aspectos diferentes del periodismo, pone de manifiesto los usos en el actual panorama de los Medios en España en los que parece valer todo: mezcla interesada de la información de interés público con el espectáculo, formatos que  generan “ruido y limitan la posibilidad de elección de los ciudadanos” (García Mantilla), “técnicas sensacionalistas” (Rojas Torrijos) para tratar la información deportiva…

Casi sin querer, uní mentalmente esto a un estudio del que tuve noticia hace poco. Me refiero al publicado por el Instituto Reuters y coordinado por la Universidad de Oxford llamado DigitalNewsReports 2015. El trabajo se hizo entrevistando a 20.000 consumidores de noticias online de EE.UU., Reino Unido, Irlanda, Alemania, Francia, Italia, España, Dinamarca, Finlandia, Brasil, Japón y Australia. Entre las conclusiones, que los Medios españoles son los menos creíbles de los países europeos estudiados y los penúltimos del conjunto.

Creo, de ahí lo de unir ambas cosas, que la detectada banalización trae como consecuencia una merma importante en la credibilidad. Y si un país no cree en lo que dicen sus Medios, ¿dónde queda su importante misión como garantes de la democracia? Aplaudo por ello la frase de Díaz Nosty, seleccionada por la APM para referirse a su revista, por cierto, donde dice que si la información que es de interés público sigue mezclada con el espectáculo, “el perro guardián de la democracia se convierte en el chucho malabarista del mercado”.

Hasta hace poco creía que la mayor responsabilidad en esta banalización la tenían los propietarios de los Medios, que ponían a los periodistas entre la espada y la pared de hacer lo que les mandaban o quedarse en la calle. Hoy tengo dudas. Esta misma mañana he asistido a la exposición de unos colegas que, tras presumir de deontología profesional por intentar contactar con los protagonistas de una pieza para su revista online, explican que hicieron el trabajo encomendado recogiendo datos ya publicados en otros Medios. No dijeron por qué no citaban a ninguno de éstos como fuente, refiriéndose a un chapucero «corta y pega» como «trabajo de documentación».

No: no son todos. Hay buenos profesionales y excelentes editores. Pero son superados ampliamente por los que no lo son, como demuestra la falta de credibilidad de la ciudadanía. Nos toca, entre todos, intentar enderezar la situación, so pena de quedarnos dando vueltas sobre las patas traseras con una pelota en el morro y esperando pacientemente a que alguien nos dé una “chuche”.

Jesús Ortiz, consultor sénior de Estudio de Comunicación

@JesOrtizAl

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