Hablaba el lunes de líderes y de repente me encuentro con la comitiva de uno de los presidentes mundiales que pueblan Madrid estos días de cumbre Europa Latinoamérica. Mientras nos apartaba la policía, pensaba en lo difícil que es cumplir con solvencia ese complejo papel de líder, una persona que genera confianza, que conduce al futuro, y que es capaz de guiar a un país por el buen camino. No llegué a contar cuantos ejemplos de ese tipo de líderes existen en la Cumbre, para no deprimirme.
Pero recordé un trabajo que acababa de hacer Estudio de Comunicación sobre la imagen de Piñera, el Presidente de Chile, entre inversores internacionales. Los resutlados son francamente buenos, pues los inversores de España, Europa y EEUU ven a Piñera como un líder confiable, que supo trasmitir en campaña electoral un mensaje claro de confianza y capacidad de gestión. El dato que más me llama la atención es que lo que más valoran los inversores de Piñera es que no es un politico profesional, que es un empresario de éxito en sus emrpesas, que ahora tiene la responsabilidad de gestionar un país. Y los «dueños del dinero» mundial confían en que lo hará bien, en que si ha sabido gestionar emrpesas con eficacia, tambien sabrá hacerlo con Chile.
Su campaña se basó en el respeto al oponente (no criticó todo lo que hizo Bachelet, sino sólo lo que consideró mal hecho) y en explicar su propuesta de gestión económica para un país que quiere llegar definitivamente al desarrollo general de sus habitantes. Son dos buenos pilares que, cada día más, los electores valoran. No se trata de criticar por criticar, de oponerse por oponerse, en comunicación también hay que saber decir sí y reconocer incluso los propios errores. ¡Sale rentable!
