Portavoces formados, inversión tangible

Hay un anuncio en la tele en el que habla un hombre sin decir nada congruente ni entendible… ¿Acaso es esto novedoso? Lamentablemente, no. Esto les pasa a muchos políticos. Hablan y hablan y no dicen nada. Interesante, se entiende. Esa indefinición del mensaje suele ser intencionada. El abuso de los eufemismos estériles puntúa en política. Aunque cada vez menos, la verdad. El ciudadano está cansado del mamoneo al que se siente sometido.

Desde hace mucho tiempo. Pues bien esa forma de hablar, ese mensaje político, aparente pero vacío de contenido, es el ejemplo contrario de lo que un empresario debe dar al mercado.

Hay empresarios que tienen un proyecto empresarial fabuloso, pero que pinchan a la hora de comunicarlo. Y pinchan por varias razones entre ellas la carencia: unidad informativa, mensaje único, rotundo, claro y conciso y forma de hablar ante diferentes audiencias, desde una entrevista cara a cara, hasta una conferencia en una escuela de posgrado, o una presentación a analistas. Si un empresario no sabe comunicar de forma correcta su proyecto, su idea de empresa, lo que prevé de sus resultados, etcétera, le costará mucho más ganarse la confianza y la credibilidad de sus diferentes públicos a la hora de sacar su negocio adelante.

Para ello, nada como ponerse en manos de los profesionales de la comunicación para definir mensajes, pulir la información que genera la compañía en el desarrollo de su actividad y perfeccionar mediante un entrenamiento de portavoces, la forma de dirigirse al público del empresario o directivo. Una inversión en un intangible que reporta beneficios tangibles para los empresarios.

Por Juan Francés es consultor sénior de Estudio de Comunicación. España

@JuanAFrances

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