Precariedad periodística

Los periodistas lo tienen muy claro y piensan pelear para conseguir trabajo, aunque no sean estos, ni de lejos, los mejores momentos para ejercer la profesión. Algunos desoyen incluso los «consejos amigos», empeñados en llevar la contraria a todo aquel que recomiende elegir otra actividad que les otorgue algo más de estabilidad, no digamos de ingresos.

El periodista es tozudo, ama su profesión, pero los datos también lo son.

«Periodistas” revista que edita y distribuye la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) publica el informe “Reventa Periodística”. Su autor, Francisco Rouco, analiza una alternativa laboral para los miles de periodistas en paro -12.000 han perdido su trabajo en los últimos cinco años- consistente en redactar, en plan freelance, artículos y post para webs y blogs de las empresas. Los temas demandados, señala Rouco, son variados, aunque abundan los referidos a tecnología, gastronomía, viajes, deportes y moda. Existe, dice, cierta demanda de posts cortos, de menos de 200 palabras; medianos, de entre 200 y 400; y largos que pueden llegar a las 800 palabras. Temática y forma resultan prolijas, pero no tanto cuando afecta al precio. Valgan un par de anuncios publicados al respecto: “necesitamos una amplia cantidad de contenidos para nuestro portal legal, artículos de 300 palabras en los que la información en esencia no cambia, pero 100% original cada uno. Por cada 20 artículos se pagarán 10USD”. O este otro, “posts de mínimo 1.000 palabras de la temática cerrajero. Pago por ello 3,5 euros. Si son de 2.000 palabras, 7 euros. Si son de 700 palabras, 2 euros. Te cojo hasta 400 posts semanales”.

Beatriz Soto cuenta su experiencia. Trabaja desde hace dos años a jornada completa como redactora freelance. “La única forma de ganarse la vida con esto –dice-  es dar con clientes que paguen más de 1 euro por artículos de 300 palabras. El trabajo por volumen de palabras es insostenible”. Beatriz tiene razón. Hay quien se aprovecha del freelance, en un contexto de excesiva oferta y tan poca demanda.

FAPE, hace sólo unos días, se unía a una campaña internacional que reivindicaba unos contratos justos para los periodistas y denunciaba la falta de protección contra el robo de los derechos de autor en un sector gravemente debilitado por el desempleo y la precariedad en el trabajo, con remuneraciones a veces hasta humillantes.

Obvio señalar la necesidad y obligación que tenemos todos de corregir tanto atropello profesional.

Por Santiago Castaño, consultor sénior de Estudio de Comunicación. Madrid

@santi_castano

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