Siempre he defendido la libertad de expresión, pero con las barreras que marca la ley, el derecho a la intimidad y a la propia imagen. En España algunos medios llevan demasiados años pasando la frontera que marca el limite de la decencia, especialmente las llamadas revistas del corazón y ciertos programas de TV, algunos de Tele5 pero también de otras cadenas, incluso publicas. Por eso, me llenó de placer que varios anunciantes retiraran su publicidad hace días de un programa, la Noria, que había traspasado una nueva línea al entrevistar y pagar por ello a la madre de un presunto asesino. En la última edición de este programa tres anunciantes seguían apoyando, con su marca y su dinero, este tipo de TV. Son Pronto, Vitaldent y Pato WC Net (¡que anuncio más oportuno!). Les pediría que siguieran el ejemplo del resto de marcas y no programaran ni un euro más en esta TV.
Los profesionales de la Comunicación debemos decidir a veces que tipo de medios apoyamos o patrocinamos. Creo que el criterio no puede ser solo el de la audiencia. También debemos tener en cuenta en qué contexto aparece nuestra marca, cuál es el entorno en el que la imagen de nuestro producto se muestra. Y si el contexto es un programa que insulta, paga a personajes sin escrúpulos para que mientan o difamen, se entrometen en la vida privada de las personas… debemos decir simplemente NO. Seguro que existen alternativas para lograr una buena cobertura publicitaria sin caer en mezclarse con la basura.
Pero no es La Noria el único programa, ni esta entrevista la única que no debería haberse hecho ni este asunto el único que da nauseas. Por eso, espero que este camino de cordura de los anunciantes sea solo un primer rayo de esperanza en una tormenta de dignidad.
