El antiguo tesorero del Partido Conservador británico, Lord Alistair McAlpine, ha iniciado una campaña para exigir compensaciones por la difusión a través de una red social del rumor, que luego resultó ser falso, de que había abusado en varias ocasiones de un joven en los sesenta. Aunque el acusador se dio cuenta de que se había equivocado de persona, la noticia se había difundido a la velocidad del rayo a través de la red social, lo que, a juicio del ex político, ha supuesto un claro delito de libelo conforme a las leyes británicas.
Este caso vuelve a poner de manifiesto el peligro que pueden suponer las redes sociales que debido al uso masivo de las mismas pueden provocar daños a terceros. El intercambio de comentarios, el cotilleo público a través de las redes sociales, tiene un impacto tremendo,ya que una simple entrada o un tuit pueden tener un efecto multiplicador en la Red con la que el autor no contaba.
Esto que ha ocurrido a un ex político británico puede ocurrirle a cualquier persona y a cualquier empresa. Nadie queda al margen de que un comentario en la red pueda suponer un daño, a veces irreparable, a su imagen o a la de un tercero. Vivimos en un tiempo en el que las empresas están desarrollando estrategias para estar en las redes sociales y prácticamente todas ellas cuentan con perfiles en las principales redes sociales. Noticias como ésta vuelve a poner más de manifiesto que los responsables de comunicación o los community managers contratados por las empresas para desarrollar las estrategias en las redes sociales han de desarrollar planes de comunicación de crisis que tengan en cuenta la posibilidad de que rumores, intencionados o no, que puedan circular por la red, acaban dañando la imagen y reputación de la compañía o de sus gestores. Siempre es mejor prevenir que no poder curar.
Gerardo Miguel, consultor senior.
@GerardoMiguelb
