Una brújula para el nuevo mapa político


Revista de Comunicación, diciembre de 2011.-
 Hasta hace poco la necesidad y el deseo de las empresas de relacionarse con los políticos era percibido como el ejercicio del lobbing. Esta palabra y lo que ella significaba no era visto con muy buenos ojos en nuestro país. Por contra, nos quejábamos de que algunos sectores productivos españoles, al contrario que otros países, no tenían la suficiente influencia en los ámbitos políticos nacionales e internacionales.

Afortunadamente esto está cambiando. Muchos directivos se preparan ya para ello  o incluyen en sus cuadros a especialistas en esta disciplina. Hoy, empresarios y líderes políticos demandan una información más fluida entre ambos. Los primeros para hacer llegar su voz a aquellos que deben tomar las decisiones políticas que les afectarán y los segundos para conocer mejor las necesidades de los actores económicos y empresariales y  gobernar  y legislar mejor.

Con el acercamiento adecuado y honesto de estos dos ámbitos tan importantes de nuestra sociedad, manteniendo una actitud de responsabilidad y servicio a la comunidad, puede conseguirse un diálogo efectivo y constructivo para ambos y el ejercicio de una parte importante del proceso democrático.

Pero, ¿por qué son necesarias para la Empresa, del tamaño que sea, el ejercicio correcto de las Relaciones Institucionales? La gestión de una empresa no debería ceñirse solo a los resultados financieros. Su posicionamiento y su espacio de influencia, en una y otra dirección, incluye también lo público. Las Instituciones gubernamentales son una parte importante de nuestra sociedad, y nuestra relación con ellas debe gestionarse con el mismo cuidado que lo hacemos con el resto de áreas.

La llegada de un nuevo equipo al Gobierno de España supone que las empresas deben construir desde el principio un programa de relaciones institucionales y empezar desde cero una tarea que cuesta años consolidar. Esta tarea debería depositarse en manos de profesionales del protocolo, la comunicación y las técnicas de organización de eventos para poder trasladar nuestras inquietudes en su justa medida y de la forma más conveniente.

Ser conscientes de que el “mapa” ha cambiado, elaborar las bases de datos correctamente y  tener claro el momento y la oportunidad del acercamiento a los nuevos interlocutores  será una de las primeras acciones que tendrán que plantearse las Compañías para el ejercicio que viene. siempre con la vista puesta en los objetivos estratégicos de la empresa, de su sector  y en las necesidades de sus públicos.

Este es un trabajo que requiere profesionalidad, conocimiento de la sensibilidad política, de la realidad institucional y social de nuestro entorno para reconocer los escenarios posibles. Hay que tener la capacidad para identificar las distintas situaciones como oportunidades y el conocimiento  de los contactos adecuados para llegar al interlocutor que realmente se va a ocupar de nuestro ámbito de actividad para poder así alcanzar los objetivos de las acciones definidas. Es erróneo pensar que el único representante válido de una institución es el cargo más alto del escalafón: Ministro, Presidente de CCAA o Alcalde de turno. Es una tarea harto difícil y no siempre efectiva y aquí es donde empieza el trabajo de los especialistas en Relaciones Institucionales: saber detectar quién se ocupa realmente de qué para no desgastarnos en esfuerzos inútiles que no llegarán a ningún puerto.

Después de haber localizado a las personas apropiadas hay que pensar en qué tipo de evento requiere cada momento y la finalidad de nuestra solicitud. Desde una simple reunión informativa a la visita a nuestras instalaciones, la inauguración o clausura de un Foro o la entrega de unos premios, todos ellos son posibilidades para construir y fortalecer estos lazos.

Una vez decidido el escenario en que se desarrollará el encuentro hay que hacerles llegar la solicitud de forma oportuna, aspecto en el que tiene mucho que ver el conocimiento del protocolo, hacer el seguimiento de la solicitud y remitir la documentación previa necesaria que habrá requerido un ejercicio de análisis y síntesis.

El tiempo de estas personas es siempre escaso. Si nuestro primer encuentro es una reunión, y puede ser una primera oportunidad muy adecuada para entrar en contacto, en el momento de la entrevista hay que saber decir lo realmente importante y aportar una información breve pero concluyente sobre lo que queremos informar. Tras la entrevista es aconsejable hacer llegar nuestro agradecimiento por el tiempo que se nos ha dedicado y ponernos a disposición del equipo de nuestro interlocutor para aclarar dudas o ampliar información.

El objetivo fundamental  del Plan de Relaciones Institucionales a medio y largo plazo sería convertirnos en agente necesario de consulta antes de la toma de decisiones. Saber que en futuras  leyes y reglamentos que afecten a nuestra empresa y a nuestro sector,  tendremos a oportunidad de manifestar nuestro punto de vista. Todos los esfuerzos serios que hagamos en este sentido  tendrán su recompensa.

Una observación: Somos empresarios y somos profesionales. Como hemos dicho, las Relaciones Institucionales son un aspecto más del ejercicio empresarial. No se trata de adular a nadie y no es necesario que manifestemos nuestras preferencias políticas ni criticar al contrario.

Por último, y aunque hayamos conseguido que nuestra opinión cuente y que nuestra imagen empresarial haya sido reforzada, hay que ocuparse de mantener viva la relación que ya hemos establecido. No es recomendable ser pesados, pero hay que estar atentos a las noticias que puedan afectar al organismo o administración de la que dependamos para felicitarles  por los logros o ponernos a su disposición en las dificultades.

Estamos ante un nuevo horizonte y quizás para muchos la primera pregunta sea ¿Felicito o no al nuevo presidente o al nuevo ministro? ¿Una llamada, una carta o una tarjeta firmada? ¿A la sede del partido o directamente a Moncloa? Y si el nuevo presidente decide vivir en su casa ¿A su casa, a la sede del partido o a la sede del Gobierno? Para evitarnos dolores de cabeza, lo dicho. Póngase en manos de profesionales.

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