A la hora de transmitir un mensaje, resulta fundamental conocer el contexto para adaptar el contenido y el lenguaje a la situación y a los posibles receptores. Llevar a cabo un análisis previo del contexto y de nuestros interlocutores nos ayudará a tener más éxito a la hora de comunicar.
De la misma manera que un chiste puede entrar muy bien o muy mal en función del momento, cualquier mensaje que se quiera comunicar, también. No es lo mismo estar en un bar con tus amigos que en un ambiente laboral, en un lugar público que en uno privado. Tampoco es equivalente explicar un proceso de producción a un ingeniero industrial que a un periodista o a un político, que no tienen por qué conocer el sector en cuestión.
Esto es, por supuesto, igualmente aplicable a quienes trabajamos en el ámbito de la comunicación. No hay que dar por hecho que todo el mundo está familiarizado con los conceptos que estamos acostumbrados a escuchar a diario. Desde “plan de medios” hasta “canutazo”, por poner algún ejemplo, si uno no se suele mover en este sector, no tiene por qué conocerlos.
Dependiendo del contexto, deberíamos, por lo tanto, tratar de ajustar el lenguaje, el estilo, el tono e incluso el contenido de nuestros mensajes para adaptarnos a la situación y al receptor de los mismos. Pero, como tantas otras cosas en la vida, esto requiere un trabajo previo de análisis y, por supuesto, cierto nivel de empatía.
Conviene ponerse en el lugar de la otra persona e intentar imaginarse cómo nos resultaría más fácil entender un determinado mensaje, sobre todo teniendo en cuenta su nivel de conocimiento del tema en cuestión. Como dicen, el contexto es tu amigo: resulta imprescindible conocer bien al interlocutor y ser consciente de con quién y de qué se va a hablar.
Cuanto más conozcamos, mejor podremos escoger el canal, el lenguaje y el tono conveniente para comunicar. De esta manera, conseguiremos que nuestro mensaje llegue a un mayor número de personas y de una forma más clara, que, al fin y al cabo, es de lo que trata la comunicación.
Por Bruno Calvo, consultor sénior en Estudio de Comunicación
