Facebook salió a Bolsa el viernes 18 de mayo a las 16:45 horas de España. Inmediatamente después compró Karma y a las pocas horas, su creador, Mark Zuckerberg, contrajo matrimonio. Apasionantes 48 horas para Mark, ese chico que acaba de cumplir 28 años y que el viernes, cuando los españoles se estaban echando la siesta, vio cómo su cuenta corriente se incrementaba en alrededor de 1.000 millones de dólares.
Las cifras de Facebook marean: la valoración de la compañía es de 100.000 millones de dólares, sus beneficios en 2011 fueron de 1.000 millones de dólares, los ingresos por publicidad ascendieron a 3.154 millones de dólares y tiene 900 millones de usuarios. Los analistas ya han comenzado a opinar sobre el potencial de la Compañía. Algunos criticaron que Facebook no alcanzó las expectativas de cotización en su primer día en el parqué al incrementar su valor “sólo” un 0,61%, cuando se esperaba que este aumento fuera del 50%. Otros ya hablan de burbuja, ¿efecto 2.0 en vez de efecto 2000?
Burbuja financiera o no, lo cierto es que el estreno de Facebook en el Nasdaq es un hito tanto empresarial (se ha definido como “el mayor estreno de la historia de una empresa de Internet”) como para el mundo de la Información y la Comunicación. Las redes sociales, todavía cuestionadas por algunos, están aquí no como una moda pasajera sino que han llegado para quedarse. Y estarán con nosotros hasta que evolucionen y aparezca algo parecido pero nuevo, una vuelta de tuerca. Hoy no cuestionamos la labor de Jobs y Gates o de Page y Brin. El uso de sus invenciones está totalmente normalizado en nuestras vidas y así creo que también ocurrirá con Facebook, Twitter, Google+ y todas aquellas plataformas sociales que se adapten a las necesidades de sus usuarios y respondan a sus demandas.
Según Nielsen, 17,5 millones de españoles se conectaron en abril a Facebook dedicando casi cinco horas a la red social. Además, la fidelidad de los facebookeros españoles es bastante alta, ya que nos conectamos casi todos los días, más exactamente 21,5 veces al mes.
Nuestro deber es investigar cómo podemos utilizarlas al servicio de nuestros clientes e innovar en su uso. No es opcional tenerlas en cuenta, no es opcional anquilosarnos en el pasado, es fundamental adaptarnos al futuro desde el presente.
Por Nieves Serrano, consultora.
