Twitter, la reflexión y las fechas

 

Podemos adjudicarle muchas etiquetas a la red de microblogging: vía de información, de reflexión, de compartir sensaciones o planes… Hasta hay quien ha encontrado la fórmula para filosofar en 140 caracteres -¡o menos!-. En todos los casos, quien sigue a otro tuitero espera de él lo mismo que cabe pedir a alguien “analógico” a quien conocemos o con quien nos identificamos: rigor, respeto y, a ser posible, humor.

Lo antedicho no quita para que sea una vía de protesta, de “lucha” intelectual contra aquello que a un determinado colectivo no le parece adecuado: se puede luchar sin insultar y sin tergiversar. En fin: estamos hablando de un instrumento de Comunicación y dejará de serlo en el momento en que no se utilice como tal sino como arma arrojadiza o vertedero de insensateces.

Una de esas insensateces viene dada por el tándem “reflexión y fechas”, que llevamos al título. Viene esto a cuento de que acabo de ver en la cronología de mi perfil unos tuits que enlazan con artículos publicados hace uno o varios meses. Veo, por poner un ejemplo, un mensaje profesional tipo “Os recomiendo un buen artículo sobre Comunicación en [enlace]…”. Como me interesa el asunto, pincho el enlace y lo que leo no me encaja con lo que conozco del autor y su actualidad, hasta que se me ocurre mirar la fecha de publicación… ¡hace más de un año!

Basados en la idea de que la literatura, en efecto, puede ser eterna, pero que aquello que se escribe al socaire de la actualidad tiene una vigencia limitada, ¿no convendría pedir a quien tuiteó el enlace que intentase dar pistas sobre lo que enlaza? Por ejemplo: “Releí un trabajo sobre Comunicación de hace un año. Me sigue gustando [enlace]”; o “Encontré este artículo sobre Comunicación de hace un año. Me gustó [enlace]”. No “se gastan” ni la mitad de los 140 “créditos” disponibles y ofrece información inequívoca al receptor.

Ese no reflexionar en los intereses del receptor, pecado mortal en Comunicación, se traslada  desgraciadamente a todas sus herramientas. Pero quienes marcan tendencia con sus tuits, opino, tienen obligación ética de “predicar con el ejemplo” no retuiteando cosas sin ver de qué van o de cuándo son y no enviando enlaces sin dar una pista de lo que hay “dentro”.

 

Por Jesús Ortiz, consultor senior.

@JesOrtizAl

 

Foto: eldh

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