Derecho al olvido y pega la vuelta

Pensando en cómo iniciar este post sobre el derecho al olvido en Google me vino a la memoria la canción de Pimpinela, ese dúo sempiterno de amantes–hermanos en realidad- que en el furor de una disputa de pareja cantaba aquello de “por eso vete, olvida que existo, que me conociste (…) olvida mi nombre, mi cara, mi casa, y pega la vuelta…”. En nuestro particular idilio con Google, un buscador que los usuarios de internet utilizamos mayoritariamente (en España un 90%, por encima de otros motores como yahoo o bing), también se producen desencuentros que se solucionarán con un poco de flexibilidad por parte de las dos partes, porque el amor es cosa de dos…Así, el consejo de asesores de Google ha adoptado una postura salomónica en su informe sobre el derecho de los ciudadanos al borrado de su rastro en el buscador: derecho al olvido pero no para todo el mundo, en concreto, no para las figuras públicas.

La sentencia que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea emitía el pasado mes de mayo a favor de un usuario español que solicitaba la eliminación de un enlace a un artículo relativo a una subasta de inmuebles relacionada con un embargo por deudas a la Seguridad Social, marcaba un antes y después en la regulación sobre esta materia.

Desde entonces, Google ha recibido más de 212 mil solicitudes de borrado y se ha puesto manos a la obra para intentar delimitar el ámbito entre el derecho a olvidar y el derecho a informar, entre la privacidad y la libertad de expresión. Os suena, ¿no? Ese eterno dilema que, como en el mundo offline, el comité de sabios googleliano ha resuelto de forma ambigua sentenciando que  las solicitudes de borrado de los individuos con roles claros en la sociedad (políticos, líderes religiosos, deportistas…etc.) son menos susceptibles de justificarse. La complicada disyuntiva sigue en el aire y no queda otra que estudiar caso a caso bajo el tamiz del manido “interés general”.

Quizás todo sea más sencillo dentro de unos años, cuando la mayoría de la humanidad sea nativa digital. Puede que entonces, como ha señalado uno de los asesores de Google, que dirige el Oxford Internet Institute, las fotos vergonzosas de Facebook llegarán a ser normales y aceptables, como ocurre con el sexo antes del matrimonio: hoy es algo normal, pero era escandaloso hace un par de generaciones.

Por Cristina Rubio, consultor sénior de Estudio de Comunicación. España

@Cristina_RubioP

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