Generación CARLY: Aún no gana su propio dinero, pero las marcas ya piensan en ellos

Nacieron después de 1995, no ganan su propio dinero ni pueden hacerse cargo de su vida todavía, pero tienen muy claro lo que buscan en las marcas y porqué consumen ciertos productos.

Los Carly son el acrónimo de “Can’t afford real life yet” y fueron “descubiertos” a finales de 2019 por la plataforma de email marketing Klaviyo y la compañía de investigación de medios “Future Commerce”.

De acuerdo con Future Commerce, esta nueva generación de consumidores en la que ya están pensando las marcas, y cuyo mejor ejemplo son el Yotuber Marko o la activista Greta Thunberg, se ha determinado como un grupo psicográfico, es decir, a través de un tipo de segmentación que se usa en marketing en la que no solo tienen en cuenta variables como la edad o la demografía, sino también actitudes, estilo de vida o personalidad. Según la segmentación psicográfica, por tanto, los CARLY son, en primer lugar, jóvenes que se gastan un dinero que todavía no ganan; aman los memes y las experiencias que se pueden compartir a través de las redes sociales; usan vehículos que no poseen; les encanta la ironía y celebran la diversidad.

Pero van más allá, y es que los Carly, según el estudio de Futuro Commerce, se consideran a sí mismos un tanto outsiders, con gustos únicos, y con una inclinación por las marcas y las personas que no se presentanv como perfectas. Algo que enlaza muy bien con el éxito de la red social favorita entre los adolescentes, TikTok,  y cuyo éxito se debe precisamente a que en los vídeos que se comparten prima la naturalidad. Sin embargo, los Carly también quieren cambiar el mundo, son idealistas, intransigentes y, por supuesto, los verdaderos nativos digitales.

¿Qué están haciendo las marcas para llegar a los Carly?

De acuerdo a la revista SMODA, entre esta generación triunfan marcas como Starface, una compañía que vende parches para el acné que en lugar de ocultar los granitos los marca con estrellas; o la propia Crocs, de dónde partió el germen del término de Carly.

En definitiva, esta generación para la que el manejo de dispositivos por voz es más que natural, se identifica con causas sociales, huye de todo lo que sea impostado y aplaude la individualidad, necesita que las marcas que quieran cautivarles tengan un propósito. Por tanto, si quieren conseguir acercarse a esta generación que ya apunta maneras cuando empiecen a tener dinero para gastarse, las marcas tendrán que dejar por fin de lado los cánones de publicidad tradicional y sobre todo reconvertirse o construirse como marcas capaces de tener un verdadero impacto en la sociedad o el medio ambiente.

Por Silvia Rodríguez, directora en Estudio de Comunicación

@Silvirs

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