Sobre la venta del FT, el periódico más influyente del mundo

Se ha vendido la cabecera de referencia mundial por su rigor informativo, por sus exclusivas, por sus análisis, por sus editoriales, por sus valiosos contenidos. Con una circulación de 720.000 ejemplares diarios, entre la edición impresa y las suscripciones digitales de pago, entre sus lectores figuran desde Barack Obama a Mariano Rajoy, pasando por gente de todo tipo y condición, con un lector tipo de perfil socio-económico medio alto.

Pearson, la editorial líder mundial en publicaciones educativas (tal como se define en su web española), ha vendido el ‘FT’ a Nikkei por 844 millones de libras en efectivo entre otras razones para hacer caja y para centrarse en su core business, en su actividad principal, editar libros de educación.

Pese a que las negociaciones se llevaban por un reducido grupo dentro del periódico, antes de que se anunciara de forma oficial el acuerdo, varios periódicos y agencias informativas dieron la noticia. Es decir, se filtró. El FT fue víctima del ejercicio del buen periodismo por parte de otros medios, ese que no quiere esperar a los anuncios oficiales para dar una noticia, ese que la ata bien atada con varias fuentes [el libro de estilo de algún prestigioso medio español exige un mínimo de tres, y aún hay periodistas que siguen estas biblias de la profesión] pero que la publica sin contemplaciones, otorgándole el tratamiento tipográfico (para los periódicos) o el espacio, para el caso de los medios audiovisuales, que merece.

Pero el FT reaccionó rápido. Por un lado, en comunicación externa, anunció la operación de forma oficial dando el precio exacto de la operación y otros detalles de interés. Por el lado de la comunicación interna, los directivos del periódico se dirigieron de inmediato a sus empleados para comunicarles la operación. Además, con una sensibilidad acertada desde el punto de vista de comunicación, los ejecutivos del periódico hablaron a sus periodistas a pie de redacción, no sólo para comunicarles la operación sino para decirles que, uno de los baluartes que ha convertido ese periódico en lo que es, su rigor e independencia informativas, están garantizados con su nuevo propietario. Nikkei lo respetó a la hora de firmar las condiciones de compra porque sabe que ese intangible, que se saborea en la cabeza cada vez que se lee con detenimiento el FT, es la clave de su éxito.

Nikkei debe proteger ese valor si quiere que el activo que ha comprado no se devalúe, primero, en su prestigio y reconocimiento mundial, segundo, en su valor económico.

Por Juan Francés, consultor sénior de Estudio de Comunicación España. 

@JuanAFrances

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