INVERTIA, 02/09/2010.- Artículo de Iñaki Torres, Director de Estudio de Comunicación.
En los últimos meses se ha puesto reiteradamente en duda la solvencia de nuestro sistema, tanto de bancos como de cajas de ahorros.
Los bancos están aparentemente sanos, las pruebas de estrés han sido favorables a España y a las autoridades comunitarias no les ha quedado otro remedio que precisar que son dos entidades españolas las que mejor han soportado las diferentes pruebas a las que han sido sometidos, en conjunto, todos los bancos europeos. También, que se sepa, los bancos que más han atacado con posiciones extremadamente bajistas a bancos españoles como el BBVA, han sido los alemanes, precisamente los mayores enemigos de hacer públicos los resultados sobre sus entidades. ¿Qué temerán?
Otra canción pueden ser determinadas Cajas de Ahorros, aunque la vizcaína BBK sea la entidad más solvente del sistema español, con más de un 14 por ciento de core capital. Pero si lo ponemos en perspectiva, el conjunto de cajas de ahorros españolas -que detentan alrededor del 50 por ciento del mercado español- ha necesitado menos de 12.000 millones de euros para ser reestructuradas y crear entidades capaces de competir y sobrevivir en el duro entorno que se espera. Esta reestructuración, de entidades solventes, constituye un buen negocio para el Estado: presta dinero a más del 7 por ciento de interés.
Con este panorama, ¿por qué lo ha pasado tan mal últimamente España y sus entidades? Probablemente, tiene mucho que ver con un déficit de percepción de imagen del sistema financiero español en su conjunto.
La entidades, por lo general, lo han hecho muy bien en lo que a cada una respecta: tanto en su política comercial, bien enfocada al retail o banca minorista, y a su política de imagen, sabiendo explicarlo correctamente los equipos de Relaciones con Inversores a los mercados. Pero, eso sí, no se han ocupado, como sector, de explicarlo. Y éste sí es su problema. Sobre todo, porque tienen patronales -AEB y CECA- que deberán tener el respaldo y el poder para hacerlo. Al menos, si explicasen mejor la foto del sistema, todos se verían beneficiados al tomar dinero de los mercados a un interés mejor del que lo hacen actualmente.
Las entidades, individualmente, organizan sus road shows más que razonablemente bien. Sus equipos financieros y de Comunicación organizan giras internacionales donde explican su realidad. Y lo hacen acertadamente, tanto desde el punto de vista de estrategia como desde el táctico o logístico.
Eligen lugares convenientes, diseñan bien la reunión -ya sea reuniones one on one o multitudinarias, según la conveniencia-, redactan y saben plantear cuestionarios de preguntas y respuestas conflictivas, los trabajan previamente y lo trabajan suficientemente bien. El resultado es que esa entidad, normalmente, tiende a contar con el beneplácito de los analistas y, por tanto, convence a ese grupito de jóvenes que en su conjunto son conocidos por el impersonal sacrosanto nombre de los Mercados. ¡Bravo por ellos!
Pero falta vender bien y sistemáticamente la salud del sistema financiero español. No vale sólo con los parches puntuales que han puesto la Ministra o el Secretario de Estado con sus visitas a Londres o Nueva York. La “unión hace la fuerza” y el sector cuenta con, por ejemplo, la AEB y la CECA, que lo podrían hacer ese papel francamente bien.
La imagen financiera de un país es responsabilidad de todos los actores: Gobierno y entidades. Pero para defenderla eficazmente se necesita planificar, organizar agendas, organizar encuentros, definir los ejes y mensajes a transmitir, preparar preguntas conflictivas y respuestas convincentes, en definitiva, organizar road show periódicos y sistemáticos. No sólo acordarse de Santa Bárbara cuando llueve.