Una contundente campaña viral en la red de Greenpeace contra Nestlé ha obligado a la multinacional a dejar de elaborar sus chocolates con aceite de palma procedente de las selvas de Indonesia. Miles de personas se han unido a la denuncia tras ver un video en donde las chocolatinas de Kit-kat eran sustituidas por dos dedos de este simio.
Es impactante, pero también distante para muchos de nosotros. Sin embargo, tiene éxito. Es global, llama la atención, es creativa y crea sentimiento de culpabilidad. ¿Quién no se ha tomado un Kit-kat en alguna ocasión? El caso puede volver a repetirse con otros productos y empresas.
Estos grupos de presión ya no necesitan barcazas para asediar a los buques balleneros en mitad de mar; cuentan con un “trasatlántico” como Internet que saben utilizar para ganar algunas “batallas”. Puesto en positivo, cabe decir que también en una compañía la comunicación viral puede ser otra “arma” a utilizar con cautela si sabemos explotar motivaciones y emociones.