Cuando uno empezaba en esta parte del oficio de comunicar, la que consiste en ayudar a empresas e instituciones a entenderse con sus públicos objetivos, el primer consejo que recibió fue “la información que te dan los clientes para desarrollar tu trabajo es altamente confidencial; debes custodiarla y asegurarte de que la tienes controlada”. Y luego te contaban anécdotas como la de los “asesores verborréicos” que “largaban” a viva voz la estrategia de su cliente en un avión sin pensar que la parte contraria estaba sentada justo en la fila delantera.
Ha pasado más de un cuarto de siglo desde entonces y hemos sabido de papeles olvidados en cafeterías o taxis (o CD o pen drives), de despistes en el envío de correos electrónicos, de… Parece que las tecnologías no han hecho sino poner “pegas” a ese necesario cuidado en la custodia de los intereses de clientes de Comunicación Corporativa o Comercial.
Viene todo esto a cuento de un incidente del que acabamos de tener noticia y del que nos informa prnoticias: una agencia de publicidad “cuelga por error el documento completo que revela los planes para crecer en Internet” de su cliente (sector hotelero), en el que “también analiza los planes de la competencia”. Las consecuencias del error pueden tener, ya se lo imaginan, los más variopintos carices.
¿Un simple error de Comunicación Interna en la agencia? Quizás. ¿El ansia desmesurada de comunicar una nueva campaña para vender imagen de marca (de la agencia, claro)? Posible. Sea cual sea el origen, el diagnóstico es inamovible: mal para el cliente, peor para la agencia. Y dicho sea de paso: ¿a quién encargará la agencia de publicidad su Plan de Comunicación en situaciones de crisis?
Por Jesús Ortiz, consultor senior.
@JesOrtizAl
Foto: Ambuj Saxena