Encuentro: La presunción de inocencia y los juicios paralelos

Santander, del 26 al 29 de junio de 2012.- Ramón Almendros, director de Estudio de Comunicación ha participado en este encuentro organizado por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander en colaboración con la Fundación Fernando Pombo. El acto fue inaugurado por el ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón.


Ramón Almendros participó con la ponencia “El imputado en los Medios de Comunicación”, durante la que argumentó como los procesos penales tienen unas reglas de juego, emanadas de la Constitución y codificadas en varias leyes, que han de ser conocidas  por el periodista y observadas  por éste en su ejercicio profesional, lo que no siempre ocurre.

La información sobre un proceso penal, con sus virtudes y defectos,  es una realidad nacida de la necesidad de su proyección social que también recoge la Constitución. Aparte del derecho a comunicar y recibir libremente información veraz (derecho del periodista y también del ciudadano), la Justicia, que emana del pueblo, ha de administrase bajo el principio de publicidad, de ahí que muchas actuaciones judiciales sean públicas, especialmente en el ámbito penal (las vistas han de ser públicas, las sentencias han de pronunciarse en audiencia pública, etc.). Los Medios –añadió- son los ojos y los oídos de la sociedad para seguir y conocer la actuación de fiscales, jueces y magistrados, y la de los imputados, para hacer llegar a los ciudadanos y a la llamada opinión pública las conductas merecedoras de reproche social y de reproche penal. La alarma social es la expresión de un estado de opinión que recogen los juzgadores interpretando el sentimiento de la sociedad.

Sobre la figura del imputado, Ramón dijo que en muchísimos casos en el tratamiento informativo se parte no sólo de lo estrictamente penal sino, incluso, de lo que puede ser considerado por el Medio o el periodista como reprobable en sentido moral o político. Ése es el tremendo daño, a veces irreversible,  que el juicio paralelo causa al imputado, antes incluso de que lo sea. Recordó, también, que las llamadas “pena de telediario” o “pena de banquillo” las sufre el imputado mucho antes de que haya sentencia y muchas veces cuando ésta es absolutoria. Son conceptos acuñados con esta expresión por los propios periodistas, prueba evidente de que éstos conocen sus terribles efectos, aunque también apuntó Ramón Almendros que hay buenos profesionales, bien informados y responsables.

Para terminar concluyó Ramón que tan importante como defenderse en el ámbito judicial, lo es hacerlo en el ámbito mediático, y que para eso hay que tener la colaboración de expertos de la comunicación en esta materia que pueden paliar los daños de imagen y, en ocasiones, ser un elemento casi decisivo o de gran importancia para le resolución judicial.

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