La inversión publicitaria lleva años sin pasar por sus mejores momentos. Todos los medios de comunicación tradicionales lo están sufriendo sin piedad y sin excepción. Algunos pensaban que la supervivencia pasaba por potenciar las versiones digitales. Lamentablemente la realidad económica da la espalda a esas previsiones.
Según el informe hecho público por IAB Spain Reserch, la inversión publicitaria en medios digitales (internet y móviles) en el primer semestre de 2012 ha caído un 1,1% frente al mismo semestre del ejercicio precedente, alcanzado la cifra de 434,43 millones de euros. No obstante, sí hay una buena noticia y es que dentro de los medios digitales, la publicidad en móviles sube un 68% alcanzado los 12,32 millones de euros.
También muy recientemente, Google hizo públicos sus resultados del tercer trimestre, y sus ingresos netos por publicidad crecieron un 17% interanual, la primera vez que su expansión es inferior al 20% desde 2009. La desaceleración se debe a menores tasas de publicidad, debido a que los usuarios están cambiando cada vez más a la navegación por terminales móviles, donde Google cobra menos.
Todo lo anterior tiene varias razones, una puede ser la crisis, pero también el cambio de usos y costumbres, sobre lo que convendría reflexionar. Hace ya un año que Steve Jobs nos dejó, y hace más de dos que pronunció una de sus célebres frases: «La era del pc ha terminado». Los móviles han dejado de ser ese utensilio que sirve exclusivamente realizar llamadas, para convertirse en un “aparato” inteligente que es capaz de realizar las mismas tareas que un PC tradicional.
A un smartphone se le puede enchufar un cable USB OTG (on the go), con lo que proporcionamos al teléfono una extensión USB que le permite conectarse a discos duros, teclados, ratón, mandos de videoconsolas, etc. Podemos adaptar al teléfono cualquier periférico que tengamos en un PC. De esta manera el teléfono pasa a funcionar como un PC. En definitiva, poco a poco los teléfonos van teniendo utilidades más próximas a las necesidades cotidianas de los usuarios.
Si el usuario cambia sus hábitos, es innegable que la inversión publicitaria girará en ese mismo sentido y las estrategias de comunicación también deberían hacerlo. Estos soportes y sus aplicaciones no deberían ser desdeñados a la hora de la planificación de medios y de acciones en un sentido amplio.
Por Juana Pulido, consultora senior.
@juanapulido
Foto: mikogo