Habilidades del comunicador

Tuve el honor de ser invitado por la Asociación de la Prensa de Madrid, APM, a participar en el X Laboratorio de Periodismo de la APM: “Comunicación corporativa: periodistas al otro lado de la trinchera” junto con otros colegas que comparten profesión y oficio. La idea de la APM fue que hablásemos de habilidades del periodista-comunicador por si podían servir de orientación para los recién titulados y los que están en camino de ello.

En mi nombre, al menos, tenemos que pedir perdón a quienes estuvieron siguiéndonos (#LabAPM) con esa expectativa. Como muy bien dijo Fernando González Urbaneja, periodista de raza y ex presidente de la APM que estaba allí como un ‘estudiante’ más, nos perdimos en la discusión estéril de si Comunicación es o no periodismo. Es verdad: comentaba yo con Nemesio Rodríguez, también periodista de los que conviene aprender, que nos podía pasar como con el cuento de los dos conejos que ven venir a unos perros: empiezan a discutir si son galgos o podencos en vez de poner tierra de por medio y, al final, los canes les dan caza.

Así que no prolongaremos el debate. No merece la pena. Vale sólo decir que quien tiene formación en Ciencias de la Información está mejor posicionado que nadie para desarrollar su carrera como comunicador o comunicacionista, como se quiera. A partir de aquí van esas habilidades que considero debe tener quien quiera dedicarse ello, en un intento de paliar el fallo que tuvimos (que tuve) en “vivo y en directo”.

Una única premisa: estas habilidades son todas cualidades de adquisición, al margen de la mayor o menor disposición congénita de cada uno. Es decir: se aprenden y se gana capacidad para desarrollarlas con el tiempo a medida que se practican. Y, por supuesto, si no se ejercitan, se “pierden”.

  1. Curiosidad.- Vale añadir que de la sana, la periodística. Es esa habilidad que permite ser capaz de cuestionarse las cosas en la misma medida que las acepta y las interioriza una vez las hace suyas. La misma que ayuda a la formación constante: reglada o no, académica o no… La que impulsa a investigar para intentar llegar al fondo de las cosas.
  2. Inquietud.– Ayuda a estar en permanente búsqueda de lo más apropiado, aunque no parezca siempre lo mejor (ya se sabe que “lo mejor suele ser enemigo de lo bueno”). Es ingrediente imprescindible de la creatividad necesaria para expresar algunas ideas, para imaginarse escenarios posibles o para explicar a los emisores por qué un mensaje tiene posibilidades o no de llegar a los receptores.
  3. Orden.- Me refiero al que genera capacidad de organización, de visión previa, de planificación. Ayuda a ello la adquisición de experiencia, claro. Pero también plantearse las cosas con método y responder a las preguntas básicas antes de lanzar sobre la mesa las “grandes ideas” para desarrollar acciones. Simplificar antes de actuar como base.
  4. Previsión.- La comunicación no planificada es fuente de errores cuyas consecuencias pueden tener una difícil solución. Baste recordar que “no hay buena segunda oportunidad para una mala primera impresión”. Olvidar esa máxima, por ejemplo, de que una crisis es algo que nos coge por sorpresa. Una crisis desestabiliza, por supuesto; pero siempre puede tenerse un plan de contingencias por si llega.
  5. Liderazgo interno.- La persona que trabaja en Comunicación debe recordar que el prestigio no se otorga: se gana. Sólo con él puede obtener acceso a la información y, aún más, al “alma” de la organización para la que trabaje. Todo ello, sin olvidar que la introducción de distintas prácticas (esas que necesita poner en marcha el comunicador para ganar en orden y previsión) requiere diplomacia para saber vencer resistencias con la misma dosis de cariño y firmeza.
  6. Adaptación a la diversidad.- Dicen los clásicos que la Comunicación Corporativa es el “reino de lo diverso”. Y en lo nominal es cierto, porque el departamento puede tener la responsabilidad de atender desde los programas internos de voluntariado hasta las relaciones con los analistas internacionales, pasado por medio centenar de áreas de interna o externa. Pero en lo importante, hablamos del pertenecer al departamento encargado de transmitir valores al tiempo que transmite contenidos de negocio. Y eso es pura gestión de intangibles en el seno de una sociedad.

Concluyo: Formación, entrenamiento, trabajo, orden, sentido común, ‘cintura’… y buen humor. ¿Os vale para un tuit?

Por Jesús Ortiz, consultor sénior. 

@JesOrtizAl

 

Foto: APM

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One Comment
  1. Gracias por la información, creo que es una gran aportación para mi desarrollo como estudiante, me decidí a estudiar una licenciatura online en UTEL http://www.utel.edu.mx/ 😀 me siento muy motivada.

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