Publicidad en el cine

Después de varias semanas, he acudido al cine a ver una película. Reconozco que, aunque me encanta, voy poco. El precio actual a mi parecer, no permite arriesgar y es difícil elegir el momento adecuado para que la inversión sea rentable. Pero aparte de este tema económico, me he dado cuenta de que, como siempre, este medio no defrauda: es puro entretenimiento y sólo puedes tener momentos placenteros. En los últimos tiempos las mejoras en las salas con butacas cómodas, pantallas enormes con calidad HD, sonido envolvente y, la mayoría de las veces, sin nadie alrededor molestando, hace que la experiencia sea inigualable.

Inmersos en el auge de internet y las redes sociales y motivados por conseguir el contacto rápido con el cliente, se nos olvida que tenemos soportes excepcionales a nuestro alcance para llegar al público de una forma única. Por eso el cine es un medio muy interesante para insertar buena publicidad, siempre se ha dicho y así ha sido. Creía que todo profesional lo sabía pero me he llevado un pequeño desengaño. En este caso y estos cines, cuyo nombre me reservo, emitieron justo antes del comienzo de la película más de 20 minutos de anuncios de publicidad y autopromoción de la sala. Y el caso es que no sólo eran demasiados sino que además cada cual más decepcionante y de escasa calidad. No puedo creer lo que estoy viendo, ¿he tenido un viaje astral y estoy en mi casa delante de la televisión en vez de en una gran sala de proyección?

Recordé un artículo que leí hace algún tiempo que decía que al público no le gustan los anuncios y ahora yo digo, ¡y mucho menos en el cine! Si una cosa caracterizaba a este medio es que daba la posibilidad de hacer una superproducción creativa y con unos medios tan poderosos que hasta eran de agradecer para el expectante espectador. Pero en esta ocasión, no fue así y con tanta sobrecarga visual, al final el recuerdo de las marcas que aparecen en la gran pantalla resulta ser de lo más bajo.

Los profesionales de la comunicación tenemos que tener claro en qué medio nos encontramos. Los objetivos de informar e impactar al espectador se desvirtúan si no adaptamos el mensaje a las posibilidades del soporte en el que nos encontramos. Por eso en el medio cine, sólo triunfará aquel anuncio que impacte en un nivel tan alto de emoción y percepción como el de una película. Aquel que consiga que queramos volver a verlo una y otra vez. El espectador de hoy en día, tiene menos tiempo y dinero y, además, muchas menos ganas, así que además de informar, el hacerlo creativamente espectacular debería ser, desde mi punto de vista, uno de los principales objetivos de la publicidad actual en el cine.

Por Eva Fresnillo, consultora sénior.

@EvaFresnillo

 

Foto: Ismael Villafranco

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