Diario Financiero, 05/02/2014.- Adolfo Lázaro, consultor sénior de Estudio de Comunicación, imagina que en el imperio español del siglo XVI, disponiendo de las tecnologías de hoy, la comunicación hubiera jugado un papel fundamental.
“Para quiénes nos dedicamos a la comunicación -dice Adolfo-, sea en la consultoría o bien en los departamentos de Comunicación de empresas e instituciones, la rapidez con que se propaga y amplifica actualmente una crisis por mor de las redes sociales es uno de los factores claves para su gestión y el desarrollo de una estrategia de comunicación efectiva. A mayor rapidez de respuesta, mayores posibilidades de contener el daño reputacional infligido a una empresa o persona. Sin embargo, como en tiempos de Felipe II, a menudo la gestión de comunicación de crisis carece de la agilidad necesaria para hacer frente a los desafíos que plantean los incesantes gorjeos de Twitter o los comentarios lapidarios de Facebook”.
Se refiere luego a las organizaciones con importantes departamentos de Comunicación y buenos planes de crisis online y offline, pero “este impresionante bagaje ve limitada su eficacia ante las dilaciones que imponen consideraciones jurídicas, legales y de otra índole. A menudo es comprensible. Las grandes empresas tienen la obligación de tentarse bien la ropa y medir el alcance de sus declaraciones. Sin embargo, lo realmente preocupante es que la agilidad en la respuesta pueda verse mermada por la ignorancia o la falta de comprensión ante las exigencias del nuevo escenario comunicativo”.
@Alazaro_m