El País, diario líder en español, ha publicado una nueva edición de su Libro de estilo. En esta ocasión, no se trata de una mera reedición de refresco para acicalar la más o menos ajada fachada que sustenta el edificio del periodismo como lo entiende este periódico, sino de un ajuste en toda regla para incorporar las herramientas que utiliza la profesión en el actual entorno multimedia digital.
No es que el papel haya muerto, como algunos expertos vaticinan con insistencia desde hace años, pero sí es cierto que ha dejado de ser el ‘soporte rey’ y debe compartir su otrora preeminencia absoluta con otros canales de difusión, como el audio y el vídeo, en claro y constante auge.
Editado por Aguilar y coordinado por Álex Grijelmo, el nuevo Libro de estilo da cabida entre el acervo periodístico tradicional a un total de 119 nuevos términos relacionados con Internet y la informática como «banner», «SMS» o «Attachment», para explicar cómo ha cambiado en los últimos años el trabajo del periodista, además de vocablos extraídos del español de América, como ‘parquear’ (aparcar) o ‘polla’ (lotería), entre otros.
El manual por el que se autorregula este diario también dedica espacio al denominado derecho al olvido, al establecer que es posible solicitar el borrado de una información siempre que tenga más de 15 años de antigüedad, afecte a la vida personal y/o laboral del reclamante y no esté relacionada con sentencias firmes referidas a actos de violencia.
Otro de los aspectos novedosos que regula el manual es el uso de la cámara oculta con fines periodísticos. Así, considera que es lícito su uso siempre que se preserve la identidad de los implicados y el objeto sea obtener información de indudable interés general, por ejemplo la denuncia de hechos delictivos en la vía pública.
El Libro de estilo de El País es, obviamente, opinable en sus postulados y normas, pero sea muy bienvenido. Nunca hay que olvidar que es un útil elemento de orientación sobre la base en que se asiente este noble y querido oficio de juntar letras para contar algo, a saber: el rigor, el contraste de fuentes, el respeto a la pluralidad y el buen uso del idioma, entre otras cuestiones fundamentales.
Por Fernando Geijo, consultor sénior de Estudio de Comunicación España
@fergeijo