En una economía en crisis y en un país como España, con las Administraciones públicas en retroceso, la cultura, la educación y los asuntos sociales salen claramente dañados. Los diferentes poderes públicos, que en épocas de bonanza gastaban dinero en cultura, ahora no lo hacen porque tienen mucho menos capacidad y porque no consideran a la cultura una inversión preferente.
Por eso, ahora más que nunca, juega un papel importante la política de apoyo al patrocinio y mecenazgo. Hay países, como EE.UU., donde son los ciudadanos y las empresas, con un claro apoyo fiscal, los que fomentan la cultura o el deporte con sus donaciones. Los museos de Norteamérica están llenos de donaciones de mecenas privados, y las empresas contribuyen al desarrollo de universidades, centros de investigaciones, teatros, etc. En España tenían un papel muy relevante la Cajas de Ahorro porque destinaban una parte muy relevante de sus beneficios a la obra social, y por eso la CECA presumía y con razón de que las «acciones» de las Cajas de Ahorro «cotizan en la vida» de los ciudadanos. Pero las Cajas de Ahorro han pasado a mejor vida y su papel está en franca decadencia en este ámbito.
Parece que el Gobierno va por fin a cumplir su programa electoral y está ultimando una Ley de Mecenazgo que apoyará el esfuerzo de las empresas en su labor altruista. Cuando una empresa hace un patrocinio obtiene un rédito de imagen pública y ese es el retorno que hoy consiguen. La comunicación es parte esencial a la hora de conseguir ese retorno. Pero, no es suficiente. El Estado debe premiar a los que ayudan a la comunidad y las empresas deben continuar teniendo su retorno de imagen y reconocimiento público, pero también deben contar con ayudas fiscales. Si queremos acercarnos a países como EE.UU. tenemos que jugar con sus mismas armas.
@EstComunicacion
