Back to basic, contrastar las fuentes

A veces, cuando las cosas avanzan muy deprisa, y hoy en realidad todo avanza muy deprisa, conviene parar por un momento, volver la vista atrás y asegurarnos de que no nos estamos dejando olvidadas algunas cosas importantes en el camino. Back to basic es una frase tan concisa como  contundente que conviene tener en cuenta.

El mundo de las redes sociales y los blogs produce cada día millones de comentarios y transmite centenares de miles de informaciónes que unas veces recogen la realidad de los hechos, otras una percepción torcida o interesada de ellos y otras más simplemente fabulaciones.

Los que trabajamos en Comunicación ya sea en el lado de los Medios, en el de las agencias o en el  de las compañías sabemos por experiencia propia cuán a menudo se olvida una de las reglas básicas del periodismo: contrastar las fuentes. La regla es fácil de formular pero, por unas razones u otras, la práctica nos demuestra que es igualmente fácil de eludir o quizás difícil de cumplir.

La exigencia de inmediatez en la publicación de la información, la competencia de las redes sociales y el llamado periodismo ciudadano, la dificultad para acceder a las fuentes alternativas, la falta de personal en los Medios… pueden ser razones de peso a la hora de aducir justificaciones para el incumplimiento de esa regla básica. Sin embargo, por muchas razones que haya, el resultado redunda siempre en la falta de calidad y rigor en la información. Ocurre así no sólo porque cualquier circunstancia suele tener más de una cara, de unos datos, de una posible interpretación sino también porque en la vorágine de fuentes informativas que existen en el mundo online es fácil que parte de ellas no sea fidedigna o ni siquiera bien intencionada. Pese a ello, muchas veces los Medios de Comunicación se convierten en altavoces y cooperantes en la difusión de información sin calidad.

Hace unos días, Diego Salazar, un editor multiplataforma que trabaja desde Lima, publicaba en Clases de Periodismo un post en el que relataba los pasos que había seguido una historia que fue recogida por varios tabloides, por la BBC y se hizo finalmente viral gracias a que se replicó en numerosos Medios de Comunicación. La investigación de este periodista ponía de manifiesto que la información había sido publicada sin la debida contrastación que asegurara la veracidad de lo publicado, una historia sensacionalista sobre una adolescente que supuestamente sangra por ojos y oídos.

Más allá de la anécdota, lo importante es que sirve de ejemplo para volver a poner de manifiesto cómo una regla básica del periodismo tiene hoy si cabe todavía más vigencia que nunca, que no basta con que esté en los manuales de estilo de algunos Medios sino que tiene que estar presente en el día a día de todos los profesionales.

Por J. Alberto Mariñas, director de Estudio de Comunicación España. 
@amarinas

 

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