En Relaciones Públicas, el término Influencer es bien conocido en tanto define a personas con los conocimientos sobre un tema en específico así como la credibilidad para influir sobre otros y orientarlos hacia una postura determinada frente a cuestiones políticas, sociales o de temas en tendencia.
Con la era digital, y sobre todo el boom de las redes sociales, este concepto ha sufrido un cambio sustancial en tanto se evoca casi por completo a las personas con un gran número de seguidores en plataformas digitales como Instagram, YouTube o Twitter, con la capacidad de influir y sobre todo con un alto grado de relacionamiento con sus seguidores.
De ahí que las marcas estén volcando sus estrategias de comunicación hacia este tipo de actores con la finalidad de posicionar sus productos y generar reputación de marca entre millenials y público joven de una manera orgánica. Y es que si consideramos que más del 50% de los internautas mexicanos tienen entre 13 y 34 años, según datos de AMIPCI, se vuelve evidente la necesidad de las marcas de conectar con el público de manera creativa y novedosa.
Actualmente, las estrategias de relaciones públicas cuentan con un apartado de relacionamiento con influencers como parte de un plan 360° que ayuda a redondear la experiencia de los públicos con las marcas desde todos los ángulos posibles. No obstante como consultores en relaciones públicas, es de suma importancia centrar estos esfuerzos con actores que vayan acorde a las necesidades específicas de los clientes y que sumen a la estrategia de comunicación posicionando los mensajes correctos al público adecuado.
Ya no funciona mapear a personajes con altos números; lo vital ahora es estudiar su comportamiento, el nivel de relacionamiento con sus followers, sus gustos y hábitos para así tener la seguridad de que estamos llegando al público meta y que nuestra estrategia de relaciones públicas está siendo efectiva para nuestros clientes.
Por Citlalli De la paz, consultor de AB Estudio de Comunicación México.
@citlallidelapaz