No a los anuncios de contactos… ¡bien por El País!

Algo está cambiando… entre tanto descontrol, abusos económicos y de poder, irregularidades fiscales, sociedades fraudulentas,  conductas impropias, despreciables y abyectas… ¡Oh, sorpresa! El País nos informa de que deja de publicar anuncios de contactos. Argumenta que “esta decisión del periódico está motivada por un profundo debate interno, en el que han tenido un gran peso las opiniones de los lectores quienes, a través de las Cartas al director, la figura del Defensor del Lector y los comentarios en noticias y redes sociales, han transmitido repetidamente su rechazo a este tipo de anuncios”. Ya no habrá más: “1.000: COMPLETO Y TOTAL…Toda la noche. Soy Berta, muy buen pecho y grandes labios, untuosos, sensuales…” ó “Con masaje, en grupo o en pareja. Placer máximo. CON VISA”... En fin, como voy a firmar este escrito no voy a poner más ejemplos, porque la verdad prefiero las páginas de economía, pero cierto es que, de muy lamentablemente, son muchos consumidores de periódicos los que dirigen la lectura de forma intencionada y focalizada a este tipo de páginas que, por otra parte, reportan un copioso ingreso económico a los periódicos.

Razón de más para encomiar la determinación de El País y animar a que sirva de ejemplo para otros muchos. Estas cosas te hacen pensar que aún queda honorabilidad en nuestro sector, que no todo es el balance de resultados, que los valores, como la energía, no tienen sólo por qué destruirse si no que pueden transformarse.

Esta elogiable resolución de El País, basada en la defensa de los derechos de las mujeres, nos hace volver a creer en la coherencia editorial, como el propio diario ha expuesto. No podemos hacer oídos sordos y ponernos vendas ante un hecho escalofriante como el que España sea el estado de la Unión Europea con más demanda de prostitución cuando sabemos que en la mayoría de los casos el ejercicio de esta… vamos a dejarlo en actividad o práctica… va en contra de la libertad de las personas que la ejercen.

Y para que haya libertad es necesario apelar a la decencia y no dejar que ciertos negocios tildados por el consentimiento de lo cotidiano y habitual como de  entretenimiento o incluso diversión, eclipsen la tremenda realidad despreciable, innoble y aborrecible que hay detrás: la esclavitud.

No quisiéramos ninguno de nosotros, seamos mujeres u hombres, encontrarnos en una tarde de domingo, hojeando el periódico a la vez que degustamos un té con pastas o un café con delicias de chocolate, a esa Berta del anuncio o a Ingrid o a Laura, a Katy o a Verónica, con un apellido detrás que fuera el nuestro…

Ole por El País; nos queda esperanza, podemos seguir creyendo en una profesión como Dios manda y en un país con probabilidades de recuperación moral.

Victoria Magro, consultora sénior de Estudio de Comunicación

@VictoriaMagro

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