Medios y periodistas

Cuando hablamos de confianza en “la prensa”, ¿a quién nos referimos, a los medios o a los periodistas? Son frecuentes los coloquios tras charlas, ponencias y clases magistrales – más en estos días en los que los cursos de verano se prodigan por doquier-, incluso las conversaciones de sobremesa, en las que sale el tema de hablar de la pérdida de credibilidad de, repito el genérico, “la prensa”. Pero no se diferencia entre los profesionales y las organizaciones para las que trabajan hasta que no se introduce la idea de distinguirlos.

Puedo empezar por un ejemplo. Recientemente presentamos el estudio El periodismo en su realidad social y tecnológica, que Estudio de Comunicación ha hecho con Servimedia para servir de punto de partida del curso de verano de la Universidad Rey Juan Carlos #PERIODISMOENREALIDAD El periodista frente a un mundo convulso. Cuando explicábamos que los más de 400 participantes en el estudio pensaban que los periodistas redactores (los que elaboran el contenido de los medios, vaya), junto con colaboradores especializados eran los más creíbles como emisores de información, vimos alguna duda en la cara de los presentes.

Ya se sabe lo inútil de comunicar si no se hace desde el punto de vista del receptor, así que volvimos sobre nuestros pasos para recordar cuál había sido la premisa de nuestro análisis: si la misión social de los medios es informar, formar y entretener, nuestro trabajo -puesto que hablábamos de periodismo- se limitó a los aspectos información y formación, entendiendo que en las cosas del entretenimiento hay demasiadas “aristas” como para meterlo todo en el mismo saco (además, sabiendo que en ningún plan de estudios de periodismo -y estábamos en sede universitaria- se incluye el entretenimiento sin más). Y periodistas (información) y especialistas (formación, adquisición de conocimientos) sacaron más que notable, ya digo.

Por supuesto, llegó el turno de preguntas y se suscitó el más que interesante debate: ‘todo el mundo dice que la credibilidad de “la prensa” está bajo mínimos y a ustedes les sale que los periodistas “de a pie” son los que generan más confianza… raro’. Y ahí es donde nos tocó hacer ver que una cosa es el periodista y otra el medio para el que trabaja, que cuando basamos la falta de confianza en que determinado medio está muy politizado, que es excesivamente clientelista con su audiencia o está “vendido” a la publicidad, no hablamos del profesional que se gana ahí su pan; que podemos achacar al periodista cierta falta de valentía por no enfrentarse todos los días a su entorno obviando que esa actitud puede llevarle a una plaza en el primer ERE posible, pero que su trabajo diario lo lleva a cabo con honestidad y poniendo al servicio de su audiencia todo su buen hacer.

Y por último, y ya ven que el tema da para abrir muchas puertas, que no es lo mismo trabajar para la audiencia que lee, que para la que escucha o la que mira. Son tan diferentes los parámetros en los que se mueve la elaboración de la información para uno u otro tipo de medio, que juzgar de manera general es injusto y no ayuda a poner medidas que permitan recuperar la buena reputación que siempre ha tenido el periodismo.

Por Jesús Ortiz, consultor sénior de Estudio de Comunicación España.

@JesOrtizAl

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