Meramente comunicativo

Confieso mi hartazgo con la escasísima empatía de que hacen gala algunas personas de interés público cuando hacen uso de la palabra en los Medios audiovisuales, no tanto en los escritos. Así que no sé muy bien por qué -quizás sólo que me sonó peor que de costumbre-, pero pegué un respingo en el coche, escuchando la radio de camino al trabajo, cuando un entrevistado dijo que una acción realizada por otra persona, teóricamente afín a él, era algo “meramente comunicativo”. Simplificando: sólo por comunicar. Era su forma de disculpar al colega, ya ven.

La frase concreta, para centrar la idea, fue que su compañero hizo lo que hizo (decir públicamente que no estaba de acuerdo en algo que sí defendía el entrevistado) “por razones tacticistas y meramente comunicativas”. En otras palabras, y según el entrevistado, no se trató de una ‘denuncia’ para intentar solucionar algo, sino sólo por comunicar. Me voy a permitir traducir la idea que, creo, transmitió: sólo por hacer ruido en los Medios. En otras palabras: la cosa en sí no tiene importancia, que se hace sólo “por comunicar”; puro ‘chau, chau’, vaya.

No sé exactamente a qué se refería con “tacticista”, porque el vocablo no está en el diccionario. E imagino que el ‘palabro’ no es traducible por “tácticas” (razones tácticas, habría sido), porque tiene el mismo tufillo despectivo que lo del “meramente”.

Me sentí ofendido. Por el inmenso desprecio que se desprende hacia la Comunicación y por el ninguneo de una profesión a la que llevo dedicando más de cuarenta años de mi vida. Pero sobre todo me sentí decepcionado. Es la constatación de que muchas (pero muchas) de estas personas que se definen como “de interés público” fuerzan este interés con acciones “tacticistas” cuyo objetivo es ser “meramente comunicativas”. Sólo importa el ruido, la fachada… Y esto, lo digo alto y claro, no es Comunicación.

No voy a desgranar aquí -no me cabría ni en cien post- qué debemos entender por Comunicación y por qué las ‘perchas’, lo que se hace “para comunicar”, sólo son posibles cuando estamos dispuestos a poner en ellas alma corazón y vida, cuando son de verdad. Puedo, sin embargo, dejar una frase para la reflexión que nos legó Bernard Shaw: “El mayor problema de la comunicación es la ilusión de que se ha logrado”. Tomen nota, señores a los que gusta llevar bien a la vista la etiqueta que les define como “de interés público”.

Por Jesús Ortiz, consultor sénior de Estudio de Comunicación España.

@JesOrtizAl

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