Ya forman parte de nuestro día a día. Se realizan constantemente y se visualizan de manera instantánea, sin necesidad de esperar ningún revelado o editado. Son culpables de nuestra escasa memoria digital y tenemos, me atrevería a decir, miles de ellos en nuestros smartphones y en nuestros ordenadores. La fotografía y el vídeo se han convertido en esos recuerdos físicos e indelebles de los que podemos presumir (en ocasiones…).
¿Quién se imaginaría hace 20 años que, gracias a la tecnología y a través de la red, estas creaciones audiovisuales estarían al alcance de un click táctil y que podrían “viajar” en milésimas de segundo a cualquier parte del mundo? Lo que antaño utilizaba un círculo exclusivo de personas, hoy lo disfruta toda la sociedad. El poder de comunicar, por lo menos audiovisualmente, es ya un bien común.
Descubrir, recordar y compartir. Aparte de ser las funciones de la comunicación del siglo XXI, estas tres acciones son el lema de este año del Día Mundial del Patrimonio Audiovisual, que la Unesco celebra cada 27 de octubre desde 2005. Con esta conmemoración, no solo festejamos que la comunicación audiovisual sea una herramienta útil para las personas, sino que nos enorgullecemos de pertenecer al gremio de los comunicadores.
Por Alejandro Costa, consultor de Estudio de Comunicación España.
@AlejandroCostaE
