En defensa de la información, sin límites

Si unos días antes, mi compañero, Juan Antonio Tarjuelo, en un post publicado en este mismo blog de Estudio de Comunicación, hacía una defensa de la libertad de prensa “un bien preciado de la democracia” en base a la última película de Steven Spielberg “Los archivos del Pentágono”, no puedo dejar de escribir unas líneas ante un tema tan relevante como el que ha suscitado los mensajes privados enviados por Carles Puigdemont a Antoni Comín, consejero de Salud de la Generalitat de Cataluña, que fueron captados por reporteros del programa de Ana Rosa Quintana de Telecinco y divulgados en exclusiva en el espacio televisivo de la periodista. Mensajes que venían a sentenciar el ‘fin’ de Puigdemont, no dicho por mi, sino admitido por él en un mensaje de móvil: «Moncloa triunfa. Nos han sacrificado» que aliñó con el siguiente twitter: «Soy periodista y siempre he entendido que hay límites, como la privacidad, que nunca se han de violar». Por su parte, El abogado de Comín ha denunciado que se trata de un «presunto delito de revelación de secretos”.

¿Está el señor Puigdemont, que se ha saltado normas básicas de la justicia y que vive en la ilegalidad, queriendo decir que se ha cometido una grave injusticia hacia él porque los periodistas han hecho de nuevo su trabajo que es, entre otras cosas, estar en el lugar adecuado en el momento oportuno…?

¿Qué más da -me atrevería a decir- que la grabación por parte del periodista haya sido casual o intencionada, buscada o encontrada? ¿Qué más da que el objetivo de Comín haya sido mostrar motu propio su móvil y provocar la captación de los mensajes por parte de los reporteros? No es mi intención en este post reflexionar sobre las elucubraciones políticas de este asunto, sobre la mala pericia de un político que puede o no tener un despiste ni si es, por parte de Puigdemont, una artimaña más de las suyas para salir de este enorme lio y vodevil que ha provocado y en el que se encuentra inmerso. La balanza de la justicia hará su trabajo.

Yo voy a hacer el mío: defender a la profesión periodística y seguir creyendo en la libertad y defensa de la información, independientemente de que estas confesiones de Carles Puigdemont puedan tener para el proceso independentista o supongan finalmente el fracaso del proceso separatista en Cataluña y la imposibilidad de que sea investido presidente de la Generalitat a toda costa.

Antes, cuando había tinta y linotipias, se escondían papeles e informes en cajas de habitaciones oscuras que terminaban, a veces, en manos de arduos periodistas que buscaban esclarecer hechos porque perseguían la verdad. Hoy, una pantalla, un dispositivo móvil, las redes sociales… hay tanta exposición y viralidad que los secretos, no es que tengan que estar guardados, es que es mejor no decirlos…

Por Victoria Magro, Directora de Desarrollo Corporativo.

@VictoriaMagro

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