Estructurar una propuesta de relaciones públicas (RRPP) requiere de pasos básicos e ineludibles, y por lo tanto, debería de darse por descontado que estos se cumplen a cabalidad. Pero no, no es así.
Es común encontrar campañas de RP con objetivos planteados de manera muy general, una segmentación básica y difusa, estrategias que se confunden con objetivos o con tácticas y hasta creación de mensajes sin valor.
Ello puede ser debido a un exceso de confianza, una mala supervisión y por qué no decirlo, la terrible tentación de caer en el copy-paste. La buena noticia es que este escollo es fácil de superar, especialmente cuando se trabaja con profundidad y profesionalismo desde el inicio, pues el primer paso, que es el diagnóstico, es crucial y determinante para el desarrollo general de una propuesta exitosa.