Hoy se publica una información en El Confidencial que nos descubre que Facebook se reunió en secreto el pasado enero con los jefes de estrategia digital de los principales partidos políticos españoles para hablar sobre la difusión de bulos por la red, o sea, fake news. Las reuniones se celebraron con vistas a la previsible convocatoria de elecciones generales.
El tema les preocupa, porque se ha acusado a esta red social de interferir en los pasados comicios de Estados Unidos y de Brasil, así como en el referéndum sobre el Brexit. De hecho, Facebook está obligado en Europa a entregar a la Comisión informes mensuales sobre los acuerdos para frenar las fake news.
Y yo me pregunto, ¿realmente es responsabilidad de Facebook? ¿O de cualquier otra red social, como Whatsapp, Twitter, etcétera?
Según los partidos, ellos no generan directamente las fake news. (Habrá que creerles). Pero parece que sí se dedican a generar el caldo de cultivo necesario para que sean los propios usuarios los que las fabriquen y difundan.
Hasta ahí, yo no veo nada malo en ello. Las redes sociales, en este caso, sólo son plataformas, medios que permiten a sus usuarios expresarse. ¿Hay que evitar las mentiras? ¿Por qué? En la vida real (la no digital), las mentiras y bulos están a la orden del día. Hasta donde yo sé, mientras no constituyan un delito, no están prohibidas. Forman parte de la libertad de expresión de cada uno.
Lo que sí hay que perseguir son aquellas fake news que sean motivo de delito, de la tipología que sea. Pero, en cualquier caso, no veo la razón por la que debamos señalar al medio que facilita que se difundan. Hay que señalar e inculpar al autor.
No creo que Facebook sea capaz de frenar las fake news que circulan por su red. Es materialmente imposible. Y, si lo consiguiera, los usuarios utilizarían Whatsapp o cualquier otra red. El tema es imparable.
Tampoco creo que sea justo responsabilizar a las redes sociales de los bulos que fabrican los ciudadanos. Me parece correcto que la compañía trabaje y se esfuerce por mejorar en este sentido, como parte de su ética empresarial, pero no creo que sea su cometido y muchos menos su culpa.