Estos últimos años he tenido la oportunidad de trabajar en la producción de varios vídeos corporativos para compañías que necesitaban una herramienta rápida y eficaz para comunicar sus mensajes a sus públicos, tanto internos como externos y para ello hemos podido hacer desde vídeos institucionales de tono formal hasta spots de producto, para eventos, con infografías, ilustraciones, etc… porque la versatilidad y la diversidad de formas que permite este medio es su principal valor.
El vídeo se ha convertido en una herramienta muy interesante ya que nuestro cerebro recibe hoy el 90% de contenido visual. Es el formato que trasmite no solo datos e información objetiva sino también emociones lo que permite que la retención del mensaje impacte aún más en el individuo. Creo que, en la actualidad, es el soporte más atractivo para el público final, su cercanía y facilidad de creación y distribución hoy, a través de internet y redes sociales, le hacen el compañero fiel de todo comunicador.
Y hoy más que nunca, el vídeo es la herramienta potente que nos informa y con la que nos sentimos identificados. Todo se consume con vídeo y gracias a la tecnología todos podemos ejercer de directores de cortos o largometrajes de mayor o menor calidad pero que dicen y comparten una realidad que nos afecta. Ya el vídeo no es solo para las grandes compañías, también es para el ciudadano anónimo que decide contar algo y distribuirlo por redes o por aplicaciones de comunicación entre amigos, familiares, compañeros, etc… pero su buen uso y su elaboración profesional es fundamental.
Ay vídeo, con los años mejoras, y te estás haciendo muy famoso y muy útil.
Así que, querido vídeo, gracias por existir.
Por Eva Fresnillo, consultora sénior de Estudio de Comunicación.
@EvaFresnillo
