La crisis del coronavirus ha supuesto un reto para toda la sociedad, que ha tenido que adaptarse a un nuevo estilo de trabajo para sacar sus negocios hacia adelante.
Desde las grandes compañías hasta el pequeño comercio se han visto afectados por la obligación de cerrar sus puertas de cara al público teniendo que recurrir a la tecnología para mantener su operatividad, los que han podido. Las compañías, sobre todo del sector servicios, han adaptado su método de trabajo a la nueva realidad laboral y cambiaron el trabajo presencial por teletrabajo. Mientras que los negocios que viven del público diario, como el pequeño comercio, restaurantes o tiendas, se han visto obligados a poner el foco en internet para sobrevivir.
Asimismo, esta situación nos ha empujado de sopetón a la era de la digitalización. Podría haber quienes fueran más reticentes a ello o quienes no confiasen en la efectividad de los nuevos métodos de trabajo, pero no ha quedado otra opción que probar y el resultado ha sido mejor de lo esperado. Podríamos decir que la necesidad de teletrabajar durante el confinamiento ha supuesto el impulso hacia la digitalización de las empresas.
La transformación digital es hoy en día una realidad, es un tren al que debemos subirnos y no hacerlo conlleva un riesgo, por ejemplo, en el caso de las pymes, no tener presencia en la red podría suponer su desaparición.
Me gustaría ejemplificar lo dicho con el caso de la restauración y cómo han tenido que adaptarse a la nueva situación. El delivery estaba ya implementado, pero ha cobrado fuerza en este último tiempo pues los restaurantes cuentan con las plataformas de reparto a domicilio como única fuente de ingresos. Las plataformas de delivery han incrementado la firma de partnerships con restaurantes pequeños durante el confinamiento, que, al verse sin el número de clientes habituales se han visto obligados a empezar su andadura en internet. Pero su trabajo no acaba ahí, han tenido que dedicar gran parte de su trabajo a realizar campañas de comunicación para informar a sus clientes y potenciales de qué seguían a un click de ellos.
Para finalizar y con el fin de ver un ápice de positividad dentro de esta crisis que vivimos, hemos logrado sobrevivir, gracias a la tecnología y a los nuevos métodos de trabajo, al reto que se nos planteó a mediados de marzo cuando el coronavirus irrumpió en nuestras vidas como una ola. A partir de ahora, nuestra realidad será nueva pero no por eso peor que la anterior, solo diferente. La vida que hemos vivido hasta ahora cambiará en muchos aspectos, pero es cuestión de afrontarla preparados, con ilusión y por qué no pensar que probablemente todo salga bien.
Por Inés Amil, consultora de Estudio de Comunicación.
@InesAmil